LOS DUEÑOS DE EDESUR ESPERAN QUE EL GOBIERNO SUBA LAS TARIFAS

10 mayo 2012

(La Nación) – «Hoy estamos experimentando un contexto de dificultades en el frente a las tarifas -dijo a la agencia Reuters Fulvio Conti, presidente del grupo, tras una conferencia de prensa en Florencia-. Confiamos en que el gobierno argentino verá la necesidad de subir las tarifas […], de alentar las inversiones en el país».

Augusto Costa, subsecretario de Coordinación y Mejora de la Competitividad, el escudero más fiel del viceministro Axel Kicillof, estudia en estos momentos, a fondo, todos los costos de Pampa Energía: quiere saber dónde pierde y dónde gana. De su informe final, que demorará unos días, saldrá parte de la salida que el Gobierno pensará para la crisis de las distribuidoras eléctricas. El español José María Hidalgo, CEO de Edesur, le envió hace un mes y medio, por escrito, un pedido de audiencia al secretario de Energía, Daniel Cameron. Tal vez sea atendido en los próximos días, pero nada es seguro.

Lo peor que les podía pasar a las empresas eléctricas, con gran parte de sus tarifas pesificadas desde 2001, era llegar casi a la certeza de que el Gobierno no sólo ya no les adelantará sus pasos: es probable que ni siquiera tenga decidido qué hacer. En ese contexto de desorientación volvió a pronunciarse ayer la italiana ENEL, controlante de Endesa -dueña a su vez de Edesur-, sobre la posible cesación de pagos con que amenaza el sector: «Hoy estamos experimentando un contexto de dificultades en el frente a las tarifas -dijo a la agencia Reuters Fulvio Conti, presidente del grupo, tras una conferencia de prensa en Florencia-. Confiamos en que el gobierno argentino verá la necesidad de subir las tarifas […], de alentar las inversiones en el país».

Sintonía muerta

La confianza que Conti dice tener ha desaparecido hace rato en la Argentina, donde las distribuidoras ven que a la postergación tarifaria -la revisión integral, prevista para agosto de 2006, ni siquiera empezó- se suma ahora un freno a lo que consideraban el principio de la solución: la eliminación de subsidios a la energía no avanzó más allá de los 200.000 clientes (5% del total) dados a conocer en el verano. Por el contrario, los ejecutivos creen estar frente al acta de defunción de esa «sintonía fina» que, apenas en diciembre, envalentonaba en privado a Roberto Baratta, subsecretario del Ministerio de Planificación.

Todo ha dado un giro drástico. Y a esa inquietud se sucedieron en estos días, por el avance sobre YPF, sospechas y rumores de estatización que desplomaron las acciones de Edenor en Nueva York y en Buenos Aires. Oscar Lescano, secretario general de Luz y Fuerza, oyó en las últimas horas del propio De Vido una promesa que, en rigor, si se atiende el peso político que ha perdido el arquitecto, habría que tomar sólo como testimonio: no habrá estatización, le dijo el ministro. Así lo repitió, de todos modos, Lescano ayer en conversación con radio La Red: «No es la intención del Gobierno nacionalizar las empresas, no es la misma situación que YPF. Edenor y Edesur están en default. Por eso se convocó a una reunión urgente con gente de Edenor. Pidieron cantidad de informes, siguen informándose y pidiéndose documentación. En 20, 30 días habrá un diagnóstico asegurado de la situación real de la empresa».

Entonces, lo más seguro será auscultar a Kicillof o por lo menos a su lugarteniente Costa, uno de los pocos que participó de las últimas dos reuniones por las paritarias. Allí, las posiciones se exhibían todavía lejos: Lescano pide un 25% y las empresas lo creen imposible. Ya se otorgaron dos sumas fijas de 3000 pesos a cuenta de futuros incrementos y el gremio reclama otros $ 2000 inmediatos.

Lescano ya les transmitió que a él lo único que le interesaba era que pagaran los aumentos para esos 5000 trabajadores. Y que no se metería en cuestiones ni ideológicas ni administrativas. Temerosas de lo peor, las compañías juzgan esa actitud sindical con una mezcla de alivio y desconfianza. «Mire lo que hizo Antonio Cassia con los Eskenazi: era íntimo y los tiró por la ventana», evaluaban anoche en el sector privado.

En realidad, mucho más arduo será convencer al Gobierno. Hasta ahora, la única respuesta que se han llevado los ejecutivos no coincide con sus propios diagnósticos. La Casa Rosada insinúa, por ejemplo, que para Endesa podría ser suficiente con ganar unos 20 millones de dólares por año en la generadora El Chocón, aunque pierda en el resto y principalmente en Edesur, o que a Pampa Energía le alcanzaría con Chihuidos, Diamante y General Güemes para revertir el peso del déficit que le reportan Edenor y Transener.

Las números empresariales dicen otra cosa. El rojo de ambas distribuidoras, sin considerar eventuales ganancias, es de unos 240 millones de dólares por año. En los directorios creen que, si hubiera voluntad para subir tarifas, ese agujero se podría tapar sólo subiendo 18 pesos mensuales las facturas de cada cliente. Sin embargo, como ocurre con todos los temas desde hace un año y medio, esa decisión depende sólo de la presidenta de la Nación. De ahí que, en su pronóstico radial, Lescano haya evitado cualquier paso en falso: «La única salida es aumentar las tarifas o los subsidios», dijo.

Comentarios para esta entrada (1)

  1. Escribe Daniel

    El haber mantenido congelada la tarifa del sector durante 12 años nos ha llevado a este especie de «cuello de botella» a los usuarios como a las
    empresas del sector. Si nos aumentan mucho no podemos pagar, si no hay
    un ajuste las empresas se caen, la verdad es una situacion que habria
    que resolver cuanto antes y para ello es necesario que en la busqueda
    de una solucion se les de participacion a las entidades de defensa de
    los usuarios, los que con su aporte sostienen el sistema.
    Daniel Sotolano, Secretario de ASINCO, Coordinador del Foro de Usuarios y Consumidores de la Provincia de Buenos Aires.

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