A dos meses o más de la audiencia pública de rigor, ya se sabe que la revisión integral de tarifas de energía eléctrica en Mendoza contemplan un ajuste mínimo de 15% a otorgar en tres tramos durante 2013. El primero de ellos, del orden de 5%, se verá en los consumos a facturar por febrero próximo: de acuerdo a los cálculos previos del EPRE, significa que un domicilio que consume entre 300 y 600 kilovatios (categoría T1 R1) estrenará el año con un aumento de entre $ 5 y $ 6.
Para el presidente del ente regulador, Elián Japaz, es «un incremento coherente» para ése nivel de demanda. Además, el marco regulatorio, al igual que en setiembre, permite al directorio del EPRE avalar un anticipo sin esperar la audiencia.
Sería un prorrateo durante 2013: las distribuidoras recibirán otras dos cuotas iguales, entre mayo-junio y setiembre-octubre. Y terminará de refrendarse luego de la postergada audiencia pública (podría ser en febrero o después de Vendimia), pero, por ser no vinculante, difícilmente cambie.
La revisión de cuadros tarifarios determina el nuevo VAD (Valor Agregado de Distribución, o ganancia sobre el costo del servicio) de las empresas, y su correlato en el bolsillo de los usuarios. La Provincia reconoce un VAD del 36% acumulado, en cuatro entregas de 9%, equivalentes a 5% por vez en las facturas; si se tiene en cuenta la suba dada en setiembre, el saldo es de 27% y 15%.
A modo de justificación, Japaz señaló que «hay que tener en cuenta que ya pasaron 7 semestres sin aumento de tarifa». Sin embargo, el anuncio no alcanza a generar entusiasmo entre las empresas, que ven en la postergación de la audiencia más demora para efectivizar el ajuste global.
«Estamos esperándolo desde hace un par de meses. Es una gota para un cristiano que espera un vaso de agua, pero vamos avanzando», analizó el gerente técnico de la Cooperativa Eléctrica Godoy Cruz, Julio Gallego.
¿Un 36% alcanza para otros 4 años? Con un desfasaje acumulado de 80% desde 2009 y una fórmula de actualización periódica por inflación sin aplicar, para las empresas es poco. El Ejecutivo, en base al aumento de la cantidad de clientes, no reconoce más de 40%.
Según Raúl Stasi, de Edeste, «es la mitad de la fórmula calculada con datos del Indec. Sirve para recomponer para atrás; en adelante se necesitan ajustes menores».
Toma y daca
Por lo pronto, hoy martes autoridades del ente regulador y del Ministerio de Infraestructura se reunirán para pulir el procedimiento de aplicación y delinear los futuros cuadro tarifarios. Pero un tema son las deudas de las empresas con Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico), que éste año estuvieron pusieron en jaque la estabilidad del suministro eléctrico: sólo Edemsa debía cancelar a fines de noviembre algo más de $ 30 millones. De ahí que la Resolución 2016 de la Secretaría de Energía de la Nación, además de darle más poder a los entes reguladores, exige un cumplimiento regular de los pagos por compra de energía para evitar la afectación del servicio.
En tal sentido, una condición para las subas es el compromiso de ejecutar un plan de inversiones. Por caso, Edemsa debe subsanar deficiencias en la Estación Transformadora Las Viñas, de la cual depende buena parte del servicio en Valle de Uco, en tanto que la Cooperativa Eléctrica tiene que renovar líneas de baja tensión en su área de cobertura.
«Los números son los que hay, tampoco se puede despedir trabajadores. Estamos atrasados, pero si la plata no da, indefectiblemente se deterioran las redes», redondeó Stasi.
Al respecto, EPRE y el Gobierno definen la aplicación de una sobretasa, que financie un fondo para obras. Las últimas fueron la línea Villa Nueva y la conexión de Cruz de Piedra en Puente de Hierro, en Guaymallén.
