Así lo aseguró el presidente del consejo de administración, Guillermo Thomas, quien calificó a la actual situación como “una perversidad del modelo” económico, que ha determinado un freno al cuadro tarifario de las empresas de este tipo de servicios, mientras que “la inflación continúa impactando en el rubro”.
“El pan aumentó un 600 por ciento y el combustible más de un 1.200 por ciento, por citar dos ejemplos que también los sufre a diario la población”, expresó el directivo, al argumentar la defensa de la cuota capital que se abona con el consumo de electricidad en Necochea y Quequén.
Ese cargo, que va del 42 al 51 por ciento, según se trate de una vivienda familiar, un comercio o una empresa, está contemplado en la ley de cooperativas y las entidades del sector se ven obligadas a cobrarlo por el virtual congelamiento de las tarifas.
Guillermo Thomas, quien asumió hace nueve meses en el cargo, indicó que la alícuota fue reducida en un 17 por ciento en este ejercicio, para aclarar que la conducción de la institución, así como el cuadro gerencial, llevan adelante lo que determina la asamblea de delegados (107 representantes).
“Los costos fijos llegan a casi el 93 por ciento del total facturado por kilowatt”, explicó el directivo, precisando que mientras las tarifas crecieron un 150 por ciento de promedio desde el año 2000, los precios de los materiales eléctricos lo hicieron en el mismo período en un 650 por ciento, en tanto que el resto de los gastos operativos se incrementó en un 800 por ciento.
Factores
Respecto de la merma del 17 por ciento en la cuota capital en este ejercicio, dijo que esto se debió a que “se rescató la facturación de tres grandes empresas”, que antes pagaban el servicio en el mercado mayorista y que ahora lo abonan en el plano local.
El directivo también indicó que “en nuestro objetivo está bajar costos”, admitió que “es una deuda pendiente”, pero subrayó que “las cuestiones de los insumos, así como el cuadro salarial del personal, representan erogaciones significativas”. En el caso de los empleados, que se rigen por el convenio del Sindicato de Luz y Fuerza, manifestó que ahora se debe afrontar una mejora del 26,5 por ciento retroactivo a marzo.
Requirió que los asociados “se acerquen a la Cooperativa”, señaló la “predisposición” de la entidad a satisfacer las consultas de los vecinos, aunque pidió que “no se dejen manipular políticamente por intereses que no son cooperativos”.
“Los papeles están sobre la mesa y esta todo justificado”, completó el titular del consejo de administración de la UPC.
Compra de un transformador
“Mientras la mayoría de las ciudades de la región tienen al rojo vivo la capacidad y la potencia, nosotros ostentamos más capacidad que la consumida y un mayor porcentaje de tendido de cable preensamblado”, señaló Guillermo Thomas.
El presidente de la conducción de la Usina Popular Cooperativa se mostró satisfecho porque “a pesar de la situación crítica y de la limitación que implica el congelamiento tarifario, se pudieron realizar inversiones que se traducen en un mejor servicio”.
Puso como ejemplo la compra de un transformador por el que se desembolsaron 10 millones de pesos, el cual llegará a Necochea en término de 30 días. Las dimensiones del equipo obligarán a desplegar una logística especial para su traslado en dos enormes carretones.
Thomas explicó que el transformador será colocado en una subestación próxima a la Central Termoeléctrica y dijo que “representará un salto de calidad en el servicio”.
De acuerdo con lo apuntado, la ampliación de la capacidad instalada permitirá el desarrollo del complejo de embarque proyectado en el giro 0 de Puerto Quequén, así como también cubrirá la demanda energética de la Villa Díaz Vélez por los numerosos edificios horizontales y en Quequén por los emprendimientos industriales y urbanísticos.