En un escenario mundial donde los combustibles fósiles se están agotando y causan severos daños al medio ambiente, se hace imprescindible la búsqueda de fuentes de energía alternativas renovables y no contaminantes.
El sur de la provincia de Buenos Aires y la Patagonia argentina son lugares con excelentes condiciones para aprovechar la energía del viento. En este contexto, la Facultad de Ingeniería de la UNLP participa de dos proyectos que tienen como objetivo la fabricación de aerogeneradores eólicos de alta potencia para aportar al desarrollo energético del país.
Ambas iniciativas fueron seleccionadas por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) para recibir financiamiento del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), que apoya actividades cuya finalidad es desarrollar capacidades críticas en áreas de alto impacto potencial y transferencia permanente al sector productivo.
Uno de los proyectos está integrado por un consorcio conformado por el Ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología bonaerense; Astilleros Río Santiago; la empresa Metalúrgica Calviño; y la Facultad de Ingeniería, que intervendrá a través de especialistas del Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) y del Laboratorio de Investigaciones de Metalurgia Física (LIMF).
Con los fondos, alrededor de 48 millones de pesos (la mitad aportada por la Agencia y el resto por los miembros del consorcio) Astilleros podrá adquirir un centro de mecanizado para realizar trabajos de gran precisión sobre diferentes partes de los molinos. Mientras que la Facultad “invertirá en equipamiento y se encargará del control de las mediciones de las piezas, calidad de los componentes, especificación de materiales, tratamientos térmicos y calificación de soldaduras”, explicó el ingeniero Carlos Llorente, director del LIMF.
Además, Ingeniería pondrá a punto un túnel de calibración de anemómetros para estudiar el potencial eólico. “Antes de instalar aerogeneradores en un lugar primero se debe analizar el potencial de la zona y hacer un relevamiento de las velocidades del viento durante al menos un año”, detalló el ingeniero Sebastián Delnero, investigador del Laboratorio de Capa Límite y Fluidodinámica Ambiental (LACLYFA) de la Facultad.
El túnel para hacer la calibración de anemómetros debe estar certificado por una norma específica. Por eso, el objetivo de la Facultad es poder acreditar bajo esa reglamentación ya que, de ese modo, el instrumento estará habilitado para hacer diferentes ensayos relacionados con la ingeniería del viento.
El otro proyecto está integrado por un consorcio que abarca a la empresa ITP Argentina S.A.; INVAP S.E; la Municipalidad de Cutral-Co (Neuquén) y a Ingeniería, a través del GEMA y del Grupo Fluidodinámica Computacional (GFC). El objetivo es el diseño, desarrollo y construcción de palas para aerogeneradores eólicos.
“El proceso de fabricación de palas no es nada sencillo, ya que se trata de instrumentos de gran envergadura. Entre punta y punta de cada pala hay rotores que tienen entre 50 y 70 metros. Son aerogeneradores grandes con capacidad de hasta 2 megawatts”, sostuvo el ingeniero Pablo Ringegni, director del GEMA.
La Facultad contribuirá con la caracterización de los materiales compuestos para las fabricación de las palas y brindará asistencia para su construcción. “La idea es que todas las potencialidades de los grupos involucrados en los dos proyectos se unan para desarrollar un molino eólico nacional y contribuir al desarrollo sostenible”, concluyó Ringegni.