Por: Aldo Norberto Bonaveri.  Las posibilidades que ofrece a las comunidades el movimiento cooperativo son vastas y, el potencial es mucho mayor aún. A través del tiempo en nuestro país, esencialmente en el interior, las comunidades han adoptado en la mayoría de las localidades por la prestación de servicios a cargo de su cooperativa. Ello ocurre con beneficios evidentes un amplio menú de prestaciones: esenciales, (energía eléctrica, agua potable, gas natural, desagües cloacas) comunicacionales (telefonía, internet, televisión) sociales (sepelio, ambulancia, etc.).

El abanico de posibilidades sigue creciendo y, las comunidades van resolviendo problemas y superando falencias, tal como está ocurriendo con la educación a distancia, que mediante el sistema cooperativo viabiliza a localidades que por su tamaño no pueden contar con el dictado de estudios superiores, a brindarles a ciudadanos de la región la oportunidad de seguir carreras universitarias y, tecnicaturas específicas. Demás está decir que esta alternativa equilibra oportunidades, otorgándoselas a quienes no tienen medios para concretar su formación en grandes ciudades, como así también a los que por razones de trabajo les sería imposible.

 Las realidades de cada zona hacen que sea menester encontrar la manera de neutralizar su déficit; con imaginación y perspectivas es factible efectuar diagnósticos correctos en cuanto a necesidades, así es como muchas cooperativas han dado respuestas con diferentes emprendimientos. No obstante, hay servicios que por sus peculiaridades no resultan convenientes ser encarados en forma local o zonalmente.

Desde hace décadas, varias son las cooperativas que acunaron proyectos de dotar a sus comunidades de bancos de sangre propios; algunas de esas iniciativas lograron concretarse, tras superar diferentes obstáculos, pero más fueron las que producto de los estudios pormenorizados debieron desistir, posponerlos o reconsiderarlos. Concurrieron a ello diferentes razones, generalmente relacionadas, pero que no es el caso aquí analizar.

Quien ha tenido que buscar sangre para trasfundir a algún familiar sabe que conseguirla en tiempo y forma no suele ser tarea sencilla, generalmente es más fácil hallar dadores en pequeñas localidades, pero a la vez estas tienen mucho menos posibilidades de brindar atención compleja, por lo que en buena medida las transfusiones se realizan en los grandes centros, en los que lograr donantes aptos suele constituir una verdadera odisea.

Esta problemática que es común a un gran número de comunidades, ha encontrado en la provincia de Córdoba solución a través de la integración cooperativa. Desde hace 5 años mediante la implementación del Sistema Provincial de Sangre Cooperativo, surgido como fruto del convenio celebrado entre la Federación de Cooperativas Eléctricas y de Obras y Servicios Públicos Limitada de la Provincia de Córdoba “FECESCOR” y la Fundación Banco de Sangre en agosto de 2008.

Actualmente son 44 las cooperativas adheridas al sistema, ascendiendo a 52.526 los grupos familiares beneficiarios, que cubren a más de 151.338 personas; siendo importante destacar que se han entregado más de 8.000 unidades de hemocomponentes. (Datos consignados en Memoria de FECESCOR, cerrada al 30/06 (2013).

El funcionamiento del Sistema de Sangre Provincial ha evidenciado en el lustro que está vigente, un sostenido crecimiento, una gran relevancia fundamentalmente para los habitantes del interior cordobés, destacándose por su eficiencia y practicidad y, sobre todo por la cantidad de problemas resueltos a quienes lo requirieron. Consecuentemente es insoslayable subrayar el valor de un emprendimiento de esta naturaleza tan vital para la salud y, a la postre revitalizador insustituible.

El Sistema Provincial de Sangre Cooperativo contempla en el convenio que todas las clínicas, sanatorios y hospitales de las ciudades de Córdoba, Río Cuarto, Villa María, San Francisco y Río Tercero, la provisión prescripta para beneficiarios. Para estar cubiertos es menester estar al día con un canon, el que los adherentes pagan en la factura de la luz a razón de $ 5,93 + iva por grupo familiar.

El asociado adherente al sistema, se compromete (siempre y cuando tenga en su grupo familiar un integrante que esté en condiciones de donar sangre) a aportar al mismo, en el momento que la cooperativa a la que pertenece se lo requiera.

En síntesis: El Sistema de Sangre Cooperativo constituye soluciones invalorables en tiempo de angustia a bajo costo.