–¿Cómo vivieron las cooperativas eléctricas estos picos de temperatura y consumo de diciembre?
–La situación nos encontró muy bien parados, porque nunca dejamos de hacer las inversiones necesarias para tener un servicio de calidad. Diciembre, al igual que noviembre, u octubre, fue un mes sin problemas de corte de suministro.
–¿Para una cooperativa es más fácil prestar el servicio de distribución, por la menor densidad de usuarios en los pueblos?
–Al contrario. Es una realidad más dura, con mayor grado de dificultades. Las distancias hasta llegar al usuario son mucho más extensas, la dispersión territorial es mayor por la menor densidad por kilómetro cuadrado. Eso nos expone a mayores riesgos de inclemencias climáticas (una tormenta, un tornado, inundaciones). Es necesario tener más empleados, más unidades móviles, más equipos de emergencia por cantidad de usuarios que en una ciudad con la población concentrada. Pero las inversiones necesarias para que cada usuario, hasta el más alejado, son prioridad, porque son los mismos usuarios los que deciden en una organización cooperativa.
–¿Las tarifas que cobran son más caras que las de Edenor o Edesur?
–La tarifa que recibimos como distribuidor es la misma. Pagamos el mismo costo de la energía porque la compramos en el mercado mayorista (Cammesa), igual que Edenor o Edesur. Recibimos una retribución o valor agregado de distribución (VAD) similar, porque tenemos entes y autoridades provinciales que nos regulan y siguen la pauta del ente y autoridades nacionales. Particularmente, la provincia de Buenos Aires tuvo un ajuste tarifario algo mayor últimamente. Pero la diferencia en lo que paga el cliente está dada por un componente de subsidio a la tarifa, que en la Ciudad Autónoma es mayor al subsidio que puede tener el consumo de energía de un pueblo del interior.
–¿Cómo sostienen las inversiones si la tarifa no es más rentable que la de las privatizadas?
–Nuestras cooperativas son, en general, multiservicios. Además de la electricidad, le suministran al usuario la TV por cable, el teléfono, seguros, etcétera. La idea es que los servicios más rentables subsidian a los que no lo son. Cualquier excedente que obtenga una cooperativa en cualquiera de sus prestaciones, se va a volcar al servicio más vulnerable. Antes, la electricidad subvencionaba al resto. Hoy es al revés. Me imagino que en una empresa privatizada, el excedente de una etapa de bonanza va a acumular las utilidades en beneficio del capital. Nuestra prioridad, en cambio, siempre va a ser el servicio de calidad.
–¿El servicio eléctrico de un área tan grande como el Gran Buenos Aires podría ser atendido a través de un sistema cooperativo?
–Se suele decir que las cooperativas funcionan tanto en lo pequeño como en lo grande. Las cooperativas le dan electricidad a 1,6 millón de hogares o establecimientos en el país, que son casi 7 millones de personas. Y en condiciones territoriales mucho más duras. ¿Eso responde la pregunta?