Por Javier Lewkowicz. El Gobierno anunció ayer una reducción de subsidios a los servicios de gas y agua para usuarios residenciales y comercios. El esfuerzo fiscal del Estado nacional en esas partidas se reducirá en un 20 por ciento, entre 5 mil y 13 mil millones de pesos, que serán redireccionados a incrementar la Asignación Universal por Hijo y el plan Progresar, y una parte menor irá a distribuidoras de gas. Así fue anunciado ayer en conferencia de prensa por el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el de Planificación Federal, Julio De Vido. La medida afecta a usuarios de gas de red de todo el país, salvo la Patagonia, y a aquellos que reciben el servicio de agua de Aysa. Pero los funcionarios detallaron un amplio abanico de sectores sociales a los que es prioritario proteger y que quedarán al margen de los cambios. Para los que están alcanzados por la quita de subsidios, el aumento promedio en la factura de gas va de 20 a 850 pesos, según el nivel de consumo, y en el caso del agua, de 46 a 130 pesos. Si los usuarios achican 20 por ciento su consumo de gas, conservarán el beneficio sin alteraciones; en tanto que aquellos que ahorren entre 5 y 20 por ciento, mantendrán una porción del subsidio. “Esto no tiene nada que ver con un tarifazo”, defendió la medida la presidenta Cristina Fernández.
El anuncio fue complejo desde el punto de vista técnico. Mientras explicaban la medida, los funcionarios enfatizaron que “no se trata de un ajuste, sino de una reasignación” de partidas hacia obra pública y planes sociales. Defendieron los subsidios como mecanismo redistributivo, de impulso al consumo y de mejora de la competitividad. Insistieron en que la suba para cada usuario, aunque sea alta en términos porcentuales, en valores absolutos se relativiza, porque se parte de valores muy bajos. En términos de lo que se paga hoy, para aquellos usuarios que no modifiquen sus consumos la rebaja de subsidios implicará una suba de entre 100 y 284 por ciento para el gas, y entre 170 y 406 por ciento para el agua.
Quita y reasignación
Las partidas del Estado nacional destinadas a subsidiar el gas y el agua se reducen en promedio un 20 por ciento. La quita es progresiva según el nivel de consumo de los hogares: va desde el 17 hasta el 80 por ciento del subsidio. Representa, en función del consumo, aumentos en la factura de gas que oscilan entre 20 y 850 pesos en promedio por bimestre, a aplicar en tres etapas: abril, junio y agosto. También se reduce el subsidio a los comercios y al GNC.
Durante su intervención, Kicillof calificó varias veces la medida como una “reasignación de subsidios”. El Gobierno estima que logrará un ahorro fiscal en subsidios de entre 5 mil y 13 mil millones de pesos, una brecha amplia, porque depende de en qué medida los usuarios respondan al estímulo de consumir gas de un modo más eficiente. Alrededor de 1800 millones de pesos se destinarán a las distribuidoras de gas para realizar obras de infraestructura, algo que está todavía en estudio. El resto será reasignado hacia la AUH y el plan Progresar .
“Se trata de una quita con redistribución. Esto es central: lo que se genere de facturación adicional por la rebaja de subsidios se destinará a cubrir gastos de las distribuidoras, el plan Progresar y la Asignación Universal por Hijo”, definió Kicillof. El Gobierno destina en la actualidad 11 mil millones de pesos al Progresar y 28 mil millones a la AUH. Son casi 40 mil millones de pesos. El ministro adelantó que no se ampliará el universo de beneficiarios, sino que se incrementará el estipendio, aunque no detalló en qué medida ni desde cuándo. “Esta es una medida justa, la idea es focalizar mejor los subsidios. Que aquel que no lo necesita lo transfiera por medio del Estado al que más lo necesita”, insistió Kicillof.
Consumo eficiente
En el caso del gas, la quita de subsidios no tendrá lugar si el usuario logra en el bimestre reducir el consumo en un 20 por ciento con respecto al mismo período del año anterior. Si el ahorro de consumo es de entre un 20 y un 5 por ciento, la quita del subsidio no superará el 50 por ciento. “Es necesario avanzar en el uso racional y eficiente de la energía. En el no derroche de un recurso no renovable, como es el gas natural. Así como hicimos en Precios Cuidados, cuando dijimos que el Estado no es el único responsable en el cuidado de los precios, está política de estímulo al consumo eficiente apunta a lo mismo”, dijo De Vido. “Si no hay ninguna mejora, se le quita el subsidio. Queremos que sea un incentivo, un premio para usar responsablemente un insumo que es escaso”, acotó Kicillof.
Impacto
La quita de subsidios tiene un impacto negativo en el ingreso disponible de los usuarios, aunque la reasignación hacia los planes sociales implica mejorar la situación de sectores más desfavorecidos. Por eso Kicillof planteó que “la medida tiene un carácter redistributivo”.
Se abre además una pelea discursiva, que tuvo un primer round en la propia rueda de prensa, porque el Gobierno quiere contraponer a los porcentajes de aumento, que son muy altos, los valores absolutos. El 56 por ciento de los hogares van a pagar, si no modifican su patrón de consumo, entre 20 y 76 pesos más por bimestre de gas a partir de esta situación. “Veinte pesos son cuatro viajes de subte sin la SUBE”, comparó De Vido, y luego dio otros parámetros de referencia para graficar que los mayores costos para los usuarios son bajos en términos relativos. “No genera modificación en las economías familiares”, completó. Consultado por el traslado a precios que pueden llegar a hacer los comercios, respondió que “van a pagar 6 pesos más por día de gas. No tiene asidero pensar que pueden aumentar los precios. Además, esperamos que opten por un consumo responsable”.
Subsidios, siguen
Una parte de los subsidios se mantienen para todos los usuarios. Pero además, para la industria no hay quita, en pos de no afectar la competitividad. Sin embargo, Kicillof advirtió que “se pondrá en marcha un monitoreo ante eventuales situaciones de especulación, como aumentos de precios o desabastecimiento, que de comprobarse se procederá a la quita plena del subsidio”.
“Quiero hacer una reivindicación de la política de subsidios de los servicios públicos que lleva y seguirá llevando adelante este gobierno después de este anuncio. Profundizamos la política para que no se nos escapen entre los que no lo necesitan”, marcó Kicillof. De Vido citó que desde 2003 se acumularon subsidios por 215 mil millones de pesos “que mejoraron el ingreso de los usuarios y se volcaron al consumo”.