Estos «diodos de emisión de luz» (LED), combinados con los rojos y verdes, son fuentes de luz clara blanca y permiten el ahorro de energía.
«Los LEDs azules iluminarán el siglo XXI de una manera más sustentable con el medio ambiente», remarcó el Comité.
«Los LEDs rojos y verdes están en uso desde hace años, pero los azules estaban faltando», señaló Per Delsing, presidente del Comité Nobel de Física, durante la ceremonia de anuncio del premio.
Otra integrante del comité, Anne L`Huillier, afirmó que «éste es verdaderamente el premio a un invento. Y en estos premios le damos mucho valor a la utilidad del invento», según reproduce la agencia DPA.
Los LEDs de luz blanca hoy son ampliamente usados en los teléfonos inteligentes.
Este tipo de tecnología también tiene un desarrollo reciente en la historia de la iluminación, luego del dominio de las tradicionales bombitas eléctricas.
Hay que recordar que los LEDs usan mucho menos energía eléctrica que las fuentes de luz tradicionales.
Al respecto, el Comité Nobel dijo que en estos momentos «la iluminación representa alrededor de un cuarto del consumo eléctrico de los países industrializados» y que «con el desarrollo de los diodos se puede emitir más luz con menos energía y sin la necesidad de mercurio».
El mayor de los galardonados, Isamu Akasaki, nació en 1929 en Chiran, Japón, y es doctor por la Universidad de Nagoya. En 1952 se graduó de la Facultad de Ciencias por la Universidad de Kioto y comenzó a trabajar en la Kobe Kogyo Corporation, que actualmente forma parte de Fujitsu.
En 1959 comenzó su relación con la Universidad de Nagoya como investigador asociado en la Facultad de Ingeniería y como profesor asistente a partir de 1964 tras doctorarse.
Trabajó en la corporación Matsushita Electric Industrial y fue director general del departamento semiconductor y jefe del laboratorio de investigación básica 4 del Instituto de Investigación Matsushita de Tokio.
En 1981 fue nombrado catedrático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Nagoya, puesto del que se retira en 1992 y actualmente es catedrático de la Universidad Meijo y catedrático emérito y distinguido de la Universidad de Nagoya.
Hoy al enterarse del premio, Akasaki dijo que «el Nobel de Física es la máxima distinción» y que «no hay mayor honor», a través de una teleconferencia en vivo por la televisión estatal desde la ciudad japonesa de Nagoya.
«Esto se lo debo al respaldo de muchos puestos de trabajo», recordó Akasaki, y nombró a la empresa de electrónica Panasonic (antes Matsushita), a la Universidad de Nagoya y la de Meijo, donde trabaja en la actualidad.
Otro de los profesores galardonados con el Nobel de Física es Hiroshi Amano, que nació en 1960 en Hamamatsu, Japón, y se doctoró en ingeniería en 1989 en la Universidad de Nagoya, donde es catedrático.
Se graduó en 1983 en el Departamento de Electrónica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Nagoya y en 1982, todavía estudiante, se unió al grupo de Akasaki.
Fue investigador asociado de la Universidad de Nagoya de 1988 a 1992, asistente, asociado y catedrático, respectivamente, de la Universidad Meijo entre 1992 y 2010 y desde ese año catedrático de la Universidad de Nagoya.
Cuando se conoció el Nobel de Física, Amano no pudo ser contactado por los organizadores del premio debido a que se encontraba en vuelo de Japón a Francia, informó el secretario de la Real Academia Sueca, Staffan Normark.
Por último, el tercer galardonado Shuji Nakamura nació en 1954 en Ikata, Japón, y se doctoró en ingeniería eléctrica en 1994 en la Universidad de Tokushima. Desde 2000 es catedrático de la Universidad de California.
En 1979 entró en Nichia Chemical Industries y en 1988 pasó un año en la Universidad de Florida como investigador invitado asociado.
En 1989 comenzó la investigación de LED azules utilizando nitruros del grupo III de la tabla periódica y en
1993 y 1995 desarrolló los primeros LED azules y verdes a base de nitruros del grupo III y ese mismo año desarrolló también los primeros diodos láser LD violetas sobre la misma base, consigna la agencia EFE.
Nakamura, quien posee ciudadanía estadounidense, reaccionó muy sorprendido al enterarse de que le habían concedido el Nobel.
«Increíble», dijo, según informó la agencia de noticias japonesa Jiji.
El científico vive en Estados Unidos, donde es profesor de la Universidad de California.
El galardón está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 870.000 euros o 1,1 millones de dólares), de los cuales cada uno de los ganadores recibirá un tercio.
La ronda de ganadores de los premios Nobel continuará mañana con el de Química, el jueves con el de Literatura, el viernes el de la Paz y y luego el de Economía.
Argentina obtuvo cinco Nobel, tres de ellos vinculados a las ciencias, que fueron otorgados a Bernardo A. Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein y dos de la Paz a Carlos Saavedra Lamas y Adolfo Pérez Esquivel.