Con motivo de la celebración del 52° aniversario de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR), Ariel Guarco fue entrevistado para el microprograma radial Familia Cooperativa, producido por la Cooperativa Obrera. El presidente de COOPERAR y FEDECOBA se refirió a la situación del cooperativismo eléctrico y repasó los principales temas a nivel nacional e internacional, dada también su condición de dirigente de la Alianza Cooperativa Internacional.
¿Cuál es la situación actual de la confederación COOPERAR?
Este año hemos llegado a la asociada número 63, en camino de ser la entidad de representación de todo el movimiento cooperativo argentino, con una presencia dentro de sus asociadas que ocupa un amplio de abanico y está presente en todos los sectores de las actividad económica de nuestro país.
¿Cuáles son las expectativas del movimiento cooperativo en el futuro inmediato?
Lograr ese grado de visibilidad que permita que nadie pueda mirar sin vernos; que nos posicione y que podamos hacer las incidencias necesarias para estar en los lugares donde realmente se piensan las política a futuro, donde se construye el país del futuro y; por supuesto, estar cada vez más presentes en la sociedad, de manera que aquellos que todavía no han adoptado al cooperativismo como forma de vida puedan pensar que tiene parte de las respuestas que están buscando.
Usted es miembro del Consejo de la Alianza Cooperativa Internacional y acaba de ser elegido vicepresidente segundo de Cooperativas de las Américas (ex ACI Américas), ¿Cuál es la posición del cooperativismo a nivel global o continental sobre la situación social y económica que vive el mundo?
En ocasión de haber visitado al papa Francisco, compartimos algunos conceptos que a nosotros nos identifica porque están en nuestra propia genética, en nuestro ADN, esta visión de que el mundo ha corrido de la escena central al ser humano y ha puesto en el centro la veneración al capital por sí mismo. Esto hace que hayamos corrido el eje de la discusión. Nosotros vemos que las crisis que se han suscitado y que aún permanecen en todo el mundo tienen en gran parte que ver con la construcción de una sociedad que venera falsos dioses y ha corrido del centro al ser humano y a su desarrollo. Las cooperativas han demostrado ser las empresas más sensibles a la gente, más resistentes a las crisis y las que más resiliencia han tenido. Y esto nos encuentra como movimiento cooperativo teniendo conversaciones con grandes organizaciones a nivel global como Naciones Unidas, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el Vaticano, la Organización Mundial de la Salud y otras, planteando que somos un modelo alternativo que puede dar las respuestas que los modelos económicos concentrados no han sabido dar.
En lo interno, como presidente de FEDECOBA, ¿cómo está afectando el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos a las cooperativas, y los problemas energéticos que aquejan a nuestro país?
Hemos tenido un año muy difícil en el tuvimos que suscribir a un Plan de Convergencia que las provincias han firmado con la Nación y que ha imposibilitado cualquier actualización tarifaria entre el 01 de enero y el 31 de diciembre de 2014. Ahora el Jefe de Gabinete ha anunciado que para el 2015 esto no estaría vigente, pero las cooperativas –por supuesto- están ante un esquema de aumento de sus costos, entre ellos los salariales, que han sido muy importantes y que han debido afrontar con los mismos ingresos. Nosotros creemos que esto es un fin de ciclo, que el esquema energético con una fuerte base de subsidio está llegando a su fin; que es necesario subsidiar a aquellos que realmente lo necesitan para tener condiciones de vida dignas y nosotros hemos apoyado -y vamos a seguir haciéndolo- las políticas públicas en ese sentido, pero también entendemos que quien puede pagar tiene que hacerlo. Esa es la única forma que el sistema energético pueda tener un horizonte mejor que el actual, en donde estamos viendo grandes problemas justamente en donde no hay presencia de cooperativas, si no empresas multinacionales con fines de lucro que han priorizado la búsqueda de la renta por sobre la mejora de calidad de vida de las personas. Nosotros podemos esgrimir con orgullo que en los lugares donde las cooperativas prestan el servicio de distribución de energía, que a nivel país significa siete millones de personas, no hubo ningún problema durante todo este tiempo.