“Para nosotros, la basura no es basura. Recibimos de las empresas, los municipios y los ciudadanos sus residuos electrónicos. Lo que se puede rescatar lo reciclamos y lo vendemos. Lo que no, también se clasifica y se vende. Todo se puede reciclar y transformar”, detalló a esta agencia José Barreras, presidente de esa empresa enclavada en Dock Sud que se encarga del reciclado de desechos electrónicos y genera más de 20 puestos de trabajo.
Días atrás, la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) presentó un informe que indicó que en 2014 se generaron 41,8 millones de toneladas de basura electrónica y que para 2018 la cifra se situará en 50 millones de toneladas.
De la basura electrónica generada el año pasado, casi 60 por ciento fueron pequeños electrodomésticos de cocina y baño, un 7 por ciento teléfonos móviles, computadoras, impresoras y otros pequeños aparatos.
“Ya no nos podemos hacer los distraídos con esta problemática”, evidenció a Ansol el titular de la Cooperativa Creando Conciencia, Edgardo Jalil.
Esa empresa recibe y deriva desechos tecnológicos a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) y su titular detalló: “Te comprás una impresora, a los dos meses tenés que cambiarla porque se rompe y te sale más caro arreglarla que renovarla”, en referencia a la obsolescencia programada.
La región
La Argentina se ubica dentro de los cinco países de la región con mayor cantidad de residuos tecnológicos: a la cabeza está Chile, con 9,9 kilos por habitante.