(Norte) – Los países con los mejores índices de desarrollo comprendieron tempranamente la importancia clave del desarrollo de la infraestructura de redes en tiempos donde la conectividad permite ahorrar tiempo, distancias y, sobre todo, dinero. En la Argentina, sin embargo, el acceso a una Internet de calidad en todos los rincones del país es uno de los temas pendientes.
La Argentina es una de las pocas naciones que produce más alimentos de los que necesita para satisfacer las necesidades nutricionales de sus habitantes, de ahí la importancia de estimular el potencial de las economías regionales con políticas públicas que prioricen un fortalecimiento de la infraestructura. En este caso nos referimos a la necesidad de garantizar que la infraestructura de redes y los servicios de acceso a Internet lleguen también a aquellas zonas más alejadas de las grandes ciudades. En ese sentido, merece destacarse la decisión de Arsat, la empresa estatal que ofrece servicio de conectividad, para reducir el precio mayorista del mega de 18 a 14 dólares, con el propósito de ofrecer un servicio más barato en unas 1300 localidades atendidas por cooperativas. Este caso sirve para recordar la importancia que tiene la presencia del Estado en lugares donde el mercado, que lógicamente solo persigue fines de lucro, no llega a localidades donde el servicio no es rentable para las grandes compañías de telecomunicaciones.
Según se informó, Arsat redujo el valor de su tarifa plana para el servicio de Internet mayorista, de US$18 a US$14 por mega, de manera que éste último es el precio que pagan a partir de ahora las cooperativas y pequeñas y medianas empresas del interior para luego brindar el servicio a sus clientes. La idea es que este cambio en los valores de comercialización se traduzca en una reducción de entre un cinco y un diez por ciento en los precios que paga el cliente final, tanto en hogares como en comercios. No obstante, conviene tener en cuenta también la opinión de la Cámara Argentina de Proveedores de Internet (Cabase), que frente al cambio en las tarifas del servicio mayorista observó que, en rigor, lo que la mayoría de los proveedores de Internet y las cooperativas del país necesitan es una baja también en el valor del transporte de datos, no solo de Internet.
De lo que se trata, en definitiva, es de disminuir los costos de Internet en las localidades del interior, a fin de acortar la brecha digital existente entre la región que rodea al puerto de Buenos Aires y los pueblos más alejados de esa zona del país que históricamente fue beneficiada por decisiones tomadas desde la Casa Rosada. Además, la Argentina es un país que tiene servicios de Internet que tiene costos muy diferentes en distintos puntos del país. Así lo confirma un relevamiento que realizó el Observatorio de Internet en Argentina que señala que mientras hay distritos que tienen los menores costos de conexión (que van desde 6,9 pesos hasta 13 pesos promedio de 1 Mb/s, datos del año 2017) como Godoy Cruz, en Mendoza; Salta Capital, Luján en Buenos Aires y Córdoba capital; hasta llegar al otro extremo donde los usuarios de localidades Río Negro, Chubut y Santa Cruz están obligados a pagar los mayores costos de conexión con precios que van desde 416 pesos hasta llegar a los 947 pesos (costo promedio de 1 Mb/s).
Es de esperar que la reducción de precios que impulsa la empresa estatal Arsat sirva para promover oportunidades de crecimiento de las distintas economías regionales, que son claves para dinamizar una economía nacional que hasta ahora no ha logrado dar en la tecla para alentar el potencial productivo y de desarrollo humano en todos los rincones del país.