(iProfesional) Los accesos aumentaron entre el primer trimestre del año pasado y el de este álgido 2020, gracias a inversiones previas. Cómo seguirá la película con la economía parada.
Nada de aplanar la curva. Los accesos por fibra óptica crecieron un 64,4% entre el primer trimestre del año pasado y el de este álgido 2020. Si bien la participación de esta tecnología -la más eficiente para conectarse a Internet y desarrollar todas las actividades que conocíamos y que la pandemia profundizó- es aún pequeña en el total de conectados, la otra buena noticia es que ya hay más de 9 millones de accesos de banda ancha en la Argentina, aunque todavía hay un 30% de la población a la que resta conectar por esta vía.
Esta situación se logró, principalmente, por las inversiones que realizaron el año pasado los pequeños proveedores de acceso a internet (ISP, por su sigla en inglés), es decir, las pymes de telecomunicaciones que dan servicios en las localidades más alejadas de las grandes urbes. Y que logran concretar despliegues aun cuando centenares de municipios en el país obstaculizan las construcciones de nuevas redes o impiden el uso de infraestructura compartida para llegar con mejor conectividad a los usuarios.
La fibra óptica gana terreno porque decaen tecnologías obsoletas, como el ADSL y los inalámbricos, de acuerdo al nuevo CABASE Internet Index. El cablemódem resiste y crece aunque a un ritmo cada vez menor. De todos modos, continúa siendo la principal tecnología mediante la cual los hogares argentinos se conectan a internet.
Este sector, que fue uno de los primeros convocados por el Gobierno de Alberto Fernández cuando se inició el aislamiento social preventivo y obligatorio por el coronavirus, para garantizar la conectividad de los ciudadanos, es de los pocos que muestran cifras de crecimiento, aun en medio de la pandemia y las dificultades que se registraron en el inicio de las restricciones para operar y para cobrar por los servicios.
El promedio de velocidad de las conexiones se duplicó de un año a otro. «Vemos una mejora en cantidad y también en la calidad de los accesos. El promedio de velocidad es 37,52 Mb. Es un número interesante. Estamos mejorando los 17,38 Mb del año pasado, es decir, que se duplicó de un año al otro. Esto muestra que a pesar de todo lo que está pasando, a pesar de que la macro no ayudó, en la micro nuestra industria siguió invirtiendo y acá se ve cómo la infraestructura siguió desarrollándose», dijo Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Internet (CABASE) durante la conferencia virtual en la que presentó el nuevo índice, elaborado a partir de los datos del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).
El directivo aseguró que el avance registrado en el segmento se debe a que a las pymes de telecomunicaciones son las que están atendiendo la mayoría de las regiones del país con nuevos despliegues de fibra óptica.
Esto sucedió a pesar de que el dólar siguió subiendo para la industria, aun cuando los costos internacionales de conexión bajaron un poco. Esa caída no compensó en absoluto el incremento del dólar que el año pasado rondó los $40 cuando alcanzó los picos más altos.
Inversiones y pandemia
«En las pymes y cooperativas la inversión se mantuvo. Algunos costos internacionales en dólares bajaron pero para nosotros el dólar subió mucho. A valor internacional se redujo un 10% o 12% pero para los que facturamos en pesos y se invierte en dólares la ecuación se complejizó. Por eso destacamos la cantidad de localidades que sumaron fibra y que siguen creciendo», agregó Graizer.
Indicó que los proveedores de internet (ISP, por su sigla en inglés) reinvierten todo lo que recaudan en redes. Y que en los dos últimos años ha sido la mejor inversión realizada. «Cada peso que se recauda es para desplegar fibra en algún lado. El 90% de la industria reinvierte en redes», aseveró.
Respecto de la morosidad, punto sobre el que las empresas de telecomunicaciones pusieron foco en abril y mayo por las dificultades para cobrar los servicios, el presidente de CABASE dijo que la situación «es variada». Durante los 60 días que los locales de los proveedores de internet y las ventanillas de pago estuvieron cerradas el retraso fue notorio.
A esto se sumó el anuncio para mantener los servicios de aquellos beneficiarios de AUH u otros planes sociales que no pudieran pagarlos. «La gente creyó que se podía no pagar, cuando en realidad era sólo para un segmento. Al principio teníamos más morosidad que hoy. Hoy se acomodó más porque muchos entendieron que necesitaban internet para continuar con sus actividades», amplió.
¿Cómo seguirán las inversiones hacia adelante teniendo en cuenta esta situación y el deterioro de la economía en general? Los últimos pronósticos señalan que el PBI argentino se reducirá más de 10% al cierre de 2020.
«El crecimiento de una red se planifica durante todo el año. Lo que pasa ahora afectará al año próximo. No sabemos cómo vamos a quedar. Lo que sí puedo asegurar que, peso que guarda el 99% de los ISPs es un peso para invertir en fibra o en equipamiento para hacer crecer su red. El problema son los permisos (para construir las redes), el acceso a los postes. No sé cómo va a ser el año que viene. Ojalá que tenga el ritmo de la cuarentena a pesar de cómo estamos. Crecer en fibra es un buen síntoma», agregó.
Tal como sucedió con el sector de internet en general, Graizer reiteró que hubo un crecimiento exponencial del tráfico, especialmente en las primeras dos semanas de la cuarentena. «El incremento se ubicó por encima del 35% y luego se estabilizó. Tuvimos una rara situación. En el interior creció más ese pico que en la Ciudad de Buenos Aires. Lo más importante es que la red estuvo a la altura de la circunstancia. La infraestructura soportó bien», detalló.
Dame video, dame Netflix
La venta de los servicios paquetizados o en combo es lo que sigue empujando no sólo la conectividad sino el consumo de video, principalmente, y de otros servicios. El video se vio claramente potenciado no sólo por un mayor consumo de streaming sino también porque parte del teletratabajo y de las reuniones sociales –almuerzos familiares, cumpleaños, mateadas o brindis entre amigos- también se comenzaron a hacer por las aplicaciones de video todavía en constante crecimiento.
Graizer explicó que si bien la curva de consumo de video continúa siendo más o menos la misma, ahora se nota más consumo por la mañana y hacia el mediodía, picos de tráfico que antes no se tenían. El que va desde las 20 hasta las dos de la mañana continúa siendo el principal. Es donde se produce el mayor consumo de streaming.
El tráfico de video representa más del 70% del tráfico que circula por las redes de internet en la Argentina. Netflix está por encima del 30% de ese total, aseveró el directivo de CABASE. Y parte de los mayores consumos también se explican por la multiplicidad de dispositivos en el hogar.
Sobre los precios de los servicios de telecomunicaciones hacia adelante, Graizer recordó que las pyme de telecomunicaciones no estuvieron incluidas en el acuerdo que el Gobierno firmó con cinco operadoras de telecomunicaciones, entre ellas las principales, Telecom, Telefónica y Claro, aunque no fueron iguales en todos los casos.
«Nosotros tenemos dos o tres aumentos al año. La mayoría de las pyme habíamos aumentado en noviembre y desde volvió a haber incrementos. Cuando el dólar subió más de un 15% y tuvimos que comprar 35% más de ancho de banda en dólares, la ecuación se complejizó. Los que no firmamos también pusimos abono social, dimos mínimos servicios para garantizarlos. Si tenemos que seguir sin aumentar vamos a seguir así. Más de 600 empresas hicimos nuestros propios acuerdos con los abonados. El compromiso lo asumimos», subrayó.
¿Y las inversiones hacia adelante? «Invertiremos en un ritmo menor, si hay rentabilidad lo haremos, si no levantaremos el pie del acelerador, cada situación es muy específica de cada mercado. Son muy distintos los comportamientos de acuerdo a las localidades y de cómo están afectadas las economías regionales», concluyó.