(UNESCO) Mensaje de la UNESCO con motivo de celebrarse este 22 de marzo el Día Mundial del Agua.

El agua fomenta la prosperidad al satisfacer las necesidades humanas básicas, apoyar la salud, los medios de vida y el desarrollo económico, apuntalar la seguridad alimentaria y energética y defender la integridad ambiental.

Los sistemas de gestión de infraestructura de recursos hídricos completamente desarrollados promueven el crecimiento y la prosperidad al almacenar un suministro confiable de agua y entregarlo a los sectores económicos, incluida la agricultura, la industria y los sectores comerciales y de servicios relevantes que sustentan miles de millones de medios de vida. De manera similar, unos sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento seguros, accesibles y que funcionen bien fomentan la prosperidad a través de la calidad de vida, con dividendos individuales y comunitarios reflejados en la educación y una fuerza laboral saludable.

La cooperación en materia de recursos hídricos ha generado resultados positivos y pacíficos, que van desde iniciativas participativas lideradas por la comunidad que han aliviado las tensiones locales hasta la solución de disputas y la consolidación de la paz en entornos posteriores a conflictos y cuencas transfronterizas. Sin embargo, las desigualdades en la asignación de los recursos hídricos, en el acceso a los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento y en la distribución de los beneficios sociales, económicos y ambientales pueden ser contraproducentes para la paz y la estabilidad social.

Los impactos del cambio climático, los disturbios geopolíticos, las pandemias, las migraciones masivas, la hiperinflación y otras crisis pueden exacerbar las desigualdades en el acceso al agua. En casi todos los casos, los grupos más pobres y vulnerables son los que sufren los mayores riesgos para su bienestar y sus medios de vida.

Por lo tanto, la gestión del agua debe ser consciente de las posibles realidades socioeconómicas que surgen de varios factores, que van desde los cambios climáticos y geopolíticos globales hasta las tensiones sociales locales, la adversidad económica y la degradación ambiental, sus implicaciones para el agua y cómo las consideraciones hídricas podrían contribuir a darles forma.