(El Cronista) – La suba del total de ambos servicios fue de 190%. El agua aumentó 283%, según datos oficiales y, por eso, los que alquilan tuvieron que gastar más en servicios que en alimentos.
Debido a la recomposición en las tarifas de luz y gas dispuesta por el gobierno nacional, los hogares de la Ciudad de Buenos Aires tuvieron que pagar el año pasado hasta tres veces más esos servicios que lo que abonaban en 2015.
Las cifras resultan de aumentos de 153% en el gas y de 253% en la electricidad registrados en la canasta de consumo que elabora la Dirección General de Estadísticas y Censos.
El organismo oficial porteño simula el gasto de seis tipos de hogares. En dos de ellos, que estarían compuestos por un matrimonio (ambos de 35 años) en actividad con dos hijos varones de 6 y 9 años, se gastó en diciembre de 2016 $ 138,91 de gas y $ 112,98 de luz. Entre ambos servicios, hubo que desembolsar $ 251,89 en ese mes, que representó un 190% más de los $ 86,85 que se destinaban en diciembre de 2015 ($ 54,87 en gas y $ 31,98 en luz).
Para los otros cuatro tipos de hogares medidos, el gasto en gas fue de $ 109,04 y en electricidad de $ 94,15. En total, hubo que pagar $ 203,19, que significa un aumento de 191% interanual (antes la suma era de $ 69,72).
En adelante, las familias porteñas deberán seguir resignando el consumo de otros bienes para abonar estos servicios. La suba en las facturas de luz ya es un hecho y dentro de un mes se hará lo propio con las boletas de gas. En el Gobierno entienden que es la única manera de atraer las inversiones y obligar a los usuarios a gastar de manera racional.
Para el último mes del año pasado, los servicios del hogar en su conjunto (expensas, gas, electricidad, agua, transporte público y comunicaciones) en la Ciudad subieron hasta un 73% para quienes son propietarios de su vivienda y hasta un 49% para los que no tienen la propiedad. Un dato curioso que, sin contexto, parecería indicar que sería mejor negocio alquilar que ser dueño.
Al hilar fino, de todos modos, los números se equiparan.
Una familia porteña conformada por un matrimonio no propietario de su vivienda y con dos hijos varones de 6 y 9 años necesitó ingresos de $ 21.746,03 para consumir alimentos ($ 7323,37), pagar servicios del hogar ($ 7502,18), abonar otros servicios que el organismo considera fuera de la vivienda como educación, útiles, limpieza, esparcimiento y cuidado personal (suman $ 3744,47) y destinar el resto ($ 3176,01) a indumentaria, salud y bienes durables para equipar la vivienda. En total, esa familia tuvo un 38,1% de suba en su canasta total. El mismo matrimonio, en caso de ser propietario, tendría gastos de $ 17.435,60, 38,6% más que en diciembre de 2015.
Por otra parte, los incrementos en gas, luz y agua (283% para toda clase de hogares) inclinaron la balanza e hicieron que los servicios del hogar representaran un mayor porcentaje que el que se destina a alimentos en el gasto de las familias no propietarias. A todo esto se le agrega que el organismo estadístico de la Ciudad midió un aumento de 36% en los alquileres (por debajo de la inflación), aunque algunos privados calculan que subieron aún más.
Frente a la esperada baja de la inflación, se estima que los servicios del hogar pesarán aún más en las familias porteñas. Con aumentos muy por encima de la meta propuesta por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), el gas, la luz, el transporte público y los alquileres subirían más que los alimentos. De esta manera, las nuevas políticas imponen otro patrón de gasto.