El Presidente de la ACI-Américas, Ramón Imperial Zúñiga fue claro en resaltar que todas las cooperativas tienen como un gran reto por delante, encontrar el equilibrio entre una buena gestión empresarial sin perder la doctrina cooperativa. “En general hay un desequilibrio. Sólo enfatizamos en la filosofía cooperativa y descuidamos la parte empresarial. Hay que generar buenos productos y buenos servicios junto a una buena gestión. Y eso es muy difícil de logar, generalmente la balanza se inclina hacia un lado o hacia otro”.
En tanto, el Director Regional de la ACI-Américas se enfocó, ente otros aspectos, en la integración cooperativa. “El tema de la integración en las cooperativas de América Latina es un problema serio. En muchos de los países, el movimiento cooperativo está atomizado. No hay organismos de integración que sean realmente representativos y que cumplan con sus funciones” explicó y dijo que esto afecta la posibilidad del sector cooperativo de incidir en las políticas públicas.
Para enfocarse en la integración “tenemos que concentrarnos en aquello que nos une”, manifestó. A veces en el cooperativismo insistimos más “en las diferencias que en aquello que nos une”.
Otro reto que destacó Mariño es el de la capitalización de las cooperativas. “Tenemos que hacer un esfuerzo para que las cooperativas tengan un mayor capital social. A veces las cooperativas tienen un capital social mínimo y hay cierta resistencia a realizar aportes. O tienen excedente y los redistribuyen entre los socios, en vez de capitalizarlos. De esa forma no se fortalece una cooperativa”.
El Director Regional de la ACI insistió en que no se puede pensar todo en relación al costo. “En ocasiones, las cooperativas no quieren pagar la cuota de membresía de sus organismos de integración, o confederaciones. Yo lo que digo es: Páguelo y sea exigente con su organismo de integración y sea exigente con el trabajo que ellos deben hacer. Si no estamos teniendo una visión de corto plazo” puntualizó.
También enfatizó en la necesidad de desarrollar liderazgos éticos, transparentes, que promuevan la participación. Sin esos liderazgos “va a ser muy difícil que lo que se acuerda en una declaración se pueda implementar, dijo. Agregó que las iniciativas de educación que se desarrollen no tienen que estar sólo orientadas a impartir conocimientos cooperativos, sino que tienen que estar orientadas a desarrollar al ser humano de manera integral, “para que el tema cooperativo lo vivamos en nuestra vida diaria, no sólo en la organización”.
Otro punto que destacó fue la importancia de la cooperación entre las cooperativas. “Muchas veces no logramos que las cooperativas hagan negocios entre ellas. Esto lo hacen las empresas tradicionales todo el tiempo entre ellas. Sucede que las cooperativas hacen negocios con empresas tradicionales en vez de hacer negocios con el propio sector”.