Estamos transitando el Año Internacional de las Cooperativas. Algunos sostienen que es una oportunidad, o un regalo de las Naciones Unidas al sector. ¿Estamos aprovechando bien ese regalo?
Todo lo que permita que el sector cooperativo sea conocido y reconocido, es bienvenido, por lo tanto considero auspicioso el aporte de Naciones Unidas. A nivel personal, tengo la esperanza de que la importancia dada al cooperativismo no termine con el período calendario, sino que continúe en la agenda de todas las organizaciones nacionales e internacionales para que pueblos y gobiernos valoren no sólo lo ya realizado por las miles de cooperativas de toda índole existentes en el mundo, sino también las soluciones que el cooperativismo puede dar como sistema socioeconómico.
No tengo dudas de que en una época desaforada como la actual, donde ya casi no existen los “trabajos para toda la vida”, los créditos para el pequeño empresario son leoninos y los sistemas financieros actúan casi con impunidad en desmedro del bienestar de la gente, una herramienta de producción de bienes y servicios basada en códigos éticos, que pondera el bienestar del individuo por sobre el lucro empresario es una salida segura y suficiente para cualquier persona de bien, y particularmente para los jóvenes, que están iniciando su camino hacia la prosperidad. Pero hay que darle difusión… y a algunos no les interesa divulgar este camino. Creo que allí radica la soledad en la que transcurre la vida de nuestro movimiento.
Quien se desarrolla en el sistema cooperativo no es funcional a los esquemas de poder, ni políticos ni económicos. Siempre colaborará con el Estado, ya que comparten la primacía del Bien Común, pero será independiente de los intereses de turno y de los exitismos personales. Y esto, repito, no goza de la simpatía general. Es por eso que la prédica sobre los beneficios del sistema no es masiva.
La educación, tanto en lo doctrinario como en lo normativo, termina siendo siempre una responsabilidad exclusiva del sector, y las peculiaridades del mismo hacen que el mensaje no llegue a todos los que lo necesitan. Si logramos que el Año Internacional de las Cooperativas marque un antes y un después en la relación del cooperativismo con las economías de lucro, por ejemplo, haremos una diferencia sustanciosa para el futuro de las personas.
¿Qué valor se le asigna desde Fedecoba a la educación cooperativa?
El valor asignado es altísimo. En FEDECOBA la educación cooperativa es de máxima prioridad. Hay una profunda toma de conciencia en la dirigencia de la Federación y un aval absolutamente mayoritario, por no decir total, en sus bases.
Cualquiera que analice las acciones que vamos realizando puede ver que sobre un accionar educativo intenso en un año, la propuesta para el siguiente es multiplicarlo, extenderlo, profundizarlo. Y no estoy planteando sinónimos, sino distintos niveles de acción. Trabajamos para realizar más acciones de difusión del cooperativismo, en más lugares y con mejores técnicas que nos permitan cubrir la esencia doctrinaria y los aspectos reglamentarios. En este sentido me voy a extender un poco en algo que permitirá dimensionar hasta dónde llega el compromiso del Consejo de la Federación con la educación cooperativa.
Nosotros tenemos muchísimo contacto con las bases a través de las reuniones ampliadas y las visitas regionales que realizamos, y vimos que les llevábamos a las cooperativas todo lo relacionado con normativas, tecnología, aspectos legales, impositivos, etc. a través de nuestros funcionarios, que son expertos en cada área, pero en la parte doctrinaria y comunicacional, si bien la Mesa Directiva le dedicaba su tiempo, lo hacíamos sin los mejores recursos, ya que la economía de la Federación no nos permitía ir acompañados de un especialista cada vez. Somos dirigentes preparados en esos temas y cada uno con su especialización profesional, pero vimos que desaprovechábamos la posibilidad de que cada uno fuera un “replicador de experiencias cooperativas” idóneo, por falta de las técnicas necesarias. Eventualmente en mi caso, mi profesión me daba más herramientas que a mis compañeros, pero la estrategia necesitaba de todos. Detectada la necesidad, durante el año 2011, dentro del plan de Capacitación Dirigencial que venimos desarrollando desde hace años, instrumentamos un curso con los licenciados Roberto Campitelli y Carlos Solari (que nos exigieron muchísimo!) para aprender a capacitar. Ya en la primera reunión de este año comenzamos a implementar lo aprendido y los resultados (visto el interés de los convocados) fueron muy satisfactorios.
¿Cuales son los principales desafíos a los que se enfrentan las cooperativas de servicios públicos en la actualidad?
Uno de los desafíos más grandes que tenemos por delante está relacionado con lo que vengo exponiendo: la visibilidad del sector y la concientización de los asociados. El sector Cooperativo de Servicios Públicos, a diferencia del cooperativismo agrario o de trabajo, por mencionar algunos, tiene al asociado muy distante del accionar cooperativo cotidiano. La cantidad de asociados en algunos casos es grande, pero la participación es mínima, por el propio objeto de la asociación. Por lo tanto la percepción de pertenencia requiere de un trabajo de “bajada de línea” que lleva mucho tiempo y esfuerzo de los consejeros en cada comunidad. De ahí la importancia de lo que planteaba al principio: todo lo que ayude a realzar la presencia de las cooperativas en nuestras comunidades es bienvenido. Que un asociado de cualquier comunidad del país donde exista una cooperativa, vea que en los medios nacionales se habla del tema tiene un efecto positivo en la integración de esa persona con su cooperativa y le reafirma todo lo que, desde distintos estamentos del movimiento, hacemos con el mismo fin.
Otro desafío importante es poder brindar un servicio óptimo y agregar nuevos servicios que la comunidad necesita en un momento del país donde los aumentos de los insumos y las exigencias salariales de los distintos gremios con los que nos relacionamos son materia de angustia permanente para empresas como las nuestras, sometidas a un serio retraso en sus ingresos, sea por los congelamientos tarifarios a los que estamos sometidos en el sector eléctrico o por el creciente grado de dificultades de toda índole en el sector de agua potable y saneamiento. Esta situación obliga a desarrollar mecanismos que son verdaderas obras de ingeniería financiera, gracias a los cuales el sector cooperativo sigue creciendo y permanece a la vanguardia en todo lo referido a servicios, pero es innegable que en un contexto más favorable los riesgos y el sacrificio personal serían menores.
Un mensaje a las cooperativas asociadas
Mi mensaje está probado “en cooperativa propia”. Hay un antes y un después en Tornquist a partir de la implementación de estas recomendaciones:
- Abran las puertas de la empresa a los asociados! Y si ya lo hacen, incrementen la relación: visitas de los colegios, encuentros con las instituciones intermedias, seminarios de capacitación sobre temas de interés comunitario, informes frecuentes sobre los proyectos en marcha, acercamiento con la delegación municipal, charla con el Intendente… y mil etcéteras que acercarán al vecino/asociado con su cooperativa.
- Superen las antinomias, dejen en casa las rencillas personales, escuchen las críticas buscando siempre el punto de superación.
- Encarnen en ustedes los valores cooperativos y sin demagogia, con humildad y fraternalmente, trabajen para el cumplimiento fiel de los siete principios rectores de nuestra actividad. La cooperación es una tarea de equipo. De las disidencias deben salir más y mejores ideas para que la comunidad prospere.
- Trabajando para los demás, también estamos mejorando el contexto en el que crecerá nuestra familia.
Y si no encuentran el camino o la fuerza para hacerlo, también es un tema que pueden conversar con la Federación. Seguramente tendremos propuestas que les serán de utilidad para que el trabajo dirigencial sea menos abrumador, y hasta más placentero. No somos más capaces ni más inteligentes que nadie. Es que tenemos la suerte de estar en un lugar estratégico para poder captar y evaluar las experiencias de más de 120 asociadas que crean caminos hacia un solo objetivo: trabajar para el Bien Común.
Cooperativas escolares y juventud cooperativa
“También para este año tenemos planificado intensificar el asesoramiento para que nuestras asociadas incentiven y colaboren con los colegios de la comunidad en la formación de cooperativas escolares.
Es en la niñez y en la juventud donde hoy debemos sembrar nuestra semilla ética para tener los dirigentes probos mañana. Pero también son ellos los que necesitan las mejores armas para insertarse en el complejo mundo que los espera.
El cooperativismo es una herramienta de trabajo. Es una salida laboral. Una manera de producir. También tenemos que mostrar esa meta a las cooperativas escolares. No hay cooperativismo posible si no está basado sinceramente en sus valores y principios, y tampoco hay cooperativismo si no se cristaliza en la formación de una empresa.
Pero no limitamos la relación con la juventud a las cooperativas escolares.
También empezamos el año pasado a mantener contacto con los participantes de nuestro Concurso Escolar Provincial, con las miras puestas en la Integración de la Juventud Fedecoba. Con ellos comenzaremos una “cruzada” de formación dirigencial en la que iremos aprendiendo juntos, ya que no tenemos experiencias previas que nos guíen”.
Datos
Guillermo Enrique Ostornol, nació en Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 16 de marzo de 1952.
Es docente de nivel primario, secundario y terciario/universitario. Integra el Consejo de Administración de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Tornquist desde el año 2003, ocupando la Vicepresidencia (2004/2007) la Secretaría (2009/2011) y actualmente la Sindicatura.
Es secretario de Fedecoba desde el año 2010. Con anterioridad se desempeñó como vocal titular (2005/2006), protesorero (2007), prosecretario (2008) y vicepresidente (2009).
