(Identidad Cooperativa N°103) La comunicación de las organizaciones y las organizaciones de comunicación, dos caras de la misma moneda: una necesidad postergada frente a la urgencia del día a día y acechada por el contexto de la convergencia digital ¿Es momento de que la comunicación pase al frente en las agendas de nuestras cooperativas?. Escribe: Valeria Laborda Investigadora del CEES – UNTREF
Nuestras cooperativas, además de promover el desarrollo local mediante una provisión equitativa de servicios públicos, son actores que tienen la oportunidad de generar espacios de reflexión para repensar junto a sus asociados y asociadas aquellas prácticas cotidianas que dan cuenta de la coherencia con el modelo de sociedad que proponemos.
En este sentido, uno de los temas que nos proponemos analizar es nuestra relación con los bienes culturales y simbólicos en el contexto de la convergencia, es decir cómo nos vinculamos con los nuevos medios de comunicación y qué impacto tiene esta relación con el desarrollo del sector cooperativo.
Un nuevo escenario para nuestro mensaje
El escenario de la convergencia no es únicamente una cuestión tecnológica ya que lo entendemos desde la oportunidad de construir sentidos alternativos a los hegemónicos, es decir, desde una mirada cooperativa, una convergencia de sentidos que comprende la digitalización y su impacto en las industrias de contenidos, de las telecomunicaciones y de la informática.
De hecho, el fenómeno de la convergencia no es algo nuevo. Ya desde la década de 1950 se trabajaba este tema tanto en la academia como en el sector corporativo. Primero fue la convergencia tecnológica, luego la convergencia de medios y, posteriormente con internet como motor, se habló de convergencia de sectores industriales. De modo que si bien los actores se fueron modificando con el paso del tiempo, no sucedía lo mismo con sus lógicas y, como espejo, su impacto en la sociedad.
Pensemos por un momento el impacto que significó la digitalización para el procesamiento, almacenamiento y difusión de la información (imágenes, sonidos, textos), logrando un alcance masivo y simultáneo: la convergencia de las tres industrias y el aumento exponencial del volumen de los contenidos ¿De qué contenidos estamos hablando? ¿Utilizados con qué fines y pensando en qué tipo de beneficiarios finales?
La comunicación como herramienta para desplegar equidad
Frente a este nuevo escenario que propició la digitalización, se abrió un abanico de posibilidades para difusores de contenidos, de todo tipo y tamaño. A pesar de la notable incidencia de las grandes empresas de capital que tienden a la monopolización en el mercado de las comunicaciones, comenzamos a visualizar ciertos intersticios por los cuales el espíritu cooperativo podía comenzar a tener mayores resonancias, más allá de los canales tradicionales. Y es así como visualizamos dos campos para reflexionar acerca de la comunicación y el cooperativismo: las organizaciones de comunicación y la comunicación de las organizaciones.
Las organizaciones de comunicación
Dentro del universo de emprendimientos y organizaciones del sector sin finalidad de lucro, existen distintas organizaciones que se dedican exclusivamente a realizar tareas de comunicación, ya sea como medios propiamente dichos o bien como consultoras que ofrecen servicios integrales de comunicación. Es decir, estamos hablando de radios, diarios, revistas y otras publicaciones, señales de tv, páginas web y también de equipos; que pueden constituirse de diferentes maneras. Según su naturaleza, podemos hablar de cooperativas de trabajo, de asociaciones civiles, de colectivos autogestionados, etc. Todas organizaciones que comparten siempre los principios de no finalidad lucro y organización democrática.
En este sentido, las características de cada organización muchas veces se ven reflejadas en sus productos comunicacionales. Por ejemplo, las empresas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras tienen por lo general una impronta combativa y de denuncia, con un perfil comercial “agresivo” o de impacto porque necesitan urgentemente alcanzar cierta estabilidad económica ya que provienen de un proceso de vaciamiento. También están las radios comunitarias que muchas veces están vinculadas con determinados movimientos populares por lo que su discurso busca recuperar ciertos significantes de sus comunidades oyentes y difundirlos por ese medio, a veces más o menos instrumental, al mismo tiempo que reforzar una identidad común.
La comunicación en las organizaciones
Ahora bien, si nos referimos a las organizaciones de la sociedad civil con múltiples objetos sociales que apelan a las herramientas de la comunicación para darse a conocer al resto de la ciudadanía, veremos que generalmente este no es un aspecto prioritario debido en gran parte a las sucesivas crisis económicas que padecen. De modo que las urgencias cotidianas siempre terminan prevaleciendo en las estrategias y decisiones de los colectivos decantando en una postergación de las estrategias de comunicación, lo cual se termina convirtiendo en una trampa porque esto impacta directamente en las posibilidades de alcance a nuevos públicos, potenciales consumidores de los productos o servicios que comercializan.
Esta problemática tiene distintas raíces, como por ejemplo la falta de recursos técnicos y financieros o la carencia de profesionales dedicados enteramente a estas tareas. Aún cuando la comunicación es un pilar para concretar la misión y la visión, en muchas cooperativas es habitual ver que las tareas de comunicación no se priorizan ni profesionalizan, sino que los actores que las llevan a cabo surgen por afinidad o buena voluntad, pero sin contar con las herramientas necesarias para su sistematización, evaluación y mejora continua. Y es justamente esta realidad la que termina propiciando una desarticulación tal entre las organizaciones y dificulta la visibilidad de los principios, valores, prácticas, bienes y servicios del sector sin fines de lucro.
Para reflexionar en nuestras cooperativas:
• La comunicación es una práctica necesaria para vincular a los emprendimientos y organizaciones del sector sin fines de lucro con la ciudadanía. Sin embargo, muchas veces vemos que en medio de estos dos actores existe una barrera cultural que limita su nivel de mutuo conocimiento, lo que condiciona la capacidad de desarrollo, especialmente cuando existen condicionamientos económicos y cada organización está luchando por su propia subsistencia.
• Tanto los medios sin fines de lucro como los canales de comunicación de las organizaciones solidarias son centrales para garantizar el derecho a la comunicación en sociedades democráticas. Por un lado, porque su presencia contribuye a configurar sistemas de medios más plurales y diversos. Por otro lado, porque constituyen escenarios de participación ciudadana que permiten la intervención de sujetos, temas y perspectivas que no suelen tener cabida en los medios privados-comerciales ni estatales.
Valeria Laborda
Investigadora del Centro de Estudios de la Economía Social
de la Universidad Nacional de Tres de Febrero CEES-UNTREF. vlaborda@untref.edu.ar
