PREOCUPACIÓN POR LA DEMANDA ADICIONAL DE ELECTRICIDAD QUE HABRÁ EN VERANO DEBIDO A LA PANDEMIA

21 octubre 2020

(EcoJournal) Las empresas del sector eléctrico estiman que, por las restricciones de movilidad que impone el coronavirus, en enero y febrero la demanda de energía no disminuirá como suele ocurrir todos los años. Esa mayor demanda acrecienta el riesgo de futuros cortes de luz. Por Fernando Krakowiak

El gobierno aseguró que buscará garantizar la temporada turística de verano, pero continuará habiendo fuertes restricciones para intentar contener la expansión del coronavirus. Por lo tanto, las empresas del sector eléctrico estiman que en enero y febrero la demanda de energía no disminuirá como suele ocurrir todos los años. “Esperamos que la demanda residencial en el Área Metropolitana de Buenos Aires se ubique entre 20% y 25% por encima del verano pasado, en línea con lo que ocurrió en el invierno a raíz de la cuarentena”, aseguró a EconoJournal un directivo de una compañía del sector. Esta situación le sumará una presión adicional a la red de distribución.

Las empresas afirman que el crecimiento del consumo residencial se verá compensado por la menor demanda de comercios e industrias, afectadas por las restricciones sanitarias y la recesión económica. Eso fue lo que sucedió en el invierno pasado cuando la suba interanual residencial trepó 10% en el segundo trimestre y 8% en el tercer trimestre, medida en MW medios-mes, mientras que la demanda total cayó 5% y 2% respectivamente. En junio el consumo interanual residencial llegó a crecer 16% en todo el país

Es importante aclarar que el consumo residencial es muy sensible a la temperatura y en esta comparación no se contempla esa variable. No obstante, los datos permiten ver la fuerte disparidad entre un consumo hogareño apuntalado por la cuarentena y una actividad productiva jaqueada por la recesión.

Desafíos adicionales en verano
Las distribuidoras pudieron sobrellevar el pico de consumo que se registró en el invierno sin mayores inconvenientes, pero el verano siempre supone una complejidad adicional porque las altas temperaturas recalientan las instalaciones e impiden que los cables se refrigeren de manera adecuada.

Desde las empresas sostienen que frente a una ola de calor, que se extienda durante varios días con temperaturas mínimas que no bajen de los 20 grados, los cortes en el servicio suelen ser inevitables, no solo en Argentina sino también en cualquier otro país del mundo. En este caso, además, el consumo hogareño será sostenido a lo largo del día porque mucha gente que antes pasaba parte del día en la oficina ahora trabaja desde su casa.

De ese modo, las eléctricas buscan dejar en claro que puede haber problemas, pero remarcan que gracias a las inversiones de los últimos años la red se encuentra en mejores condiciones para enfrentar esos momentos extremos.

En CAMMESA saben que las olas de calor son difíciles de gestionar, pero igual les pidieron a Edenor y Edesur que presenten proyecciones sobre cómo podría evolucionar el consumo veraniego en tiempos de pandemia y que detallen sus planes de contingencia para reforzar los corredores que pueden llegar a estar más expuestos.

El fantasma de los cortes de luz preocupa a sectores del gobierno, sobre todo en un contexto de pandemia donde no solo habrá más gente en sus casas sino que, en caso de interrupción en el servicio eléctrico, esa gente no tendrá demasiadas alternativas para enfrentar a la situación.

De hecho, los shoopings operan con restricciones, cines y teatros permanecen cerrados, los espectáculos en vivo están restringidos y ni siquiera se podrá disfrutar del área acondicionado de algún bar para sobrellevar el mal momento porque esos establecimientos solo atienden en la vereda.

Críticas a la gestión
Desde el sector aprovechan también para señalar que la incertidumbre de estos meses en torno a la política energética no ayudó a encarar estos problemas. Sostienen que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) recomendó la anulación de la Revisión Tarifaria Integral firmada durante el macrismo, pero no avanzó con las compañías en la discusión de un sendero que permita darle previsibilidad al sector en el mediano plazo. “Hoy la RTI sigue vigente y no tenemos idea de qué es lo que quieren hacer. Ya pasaron diez meses desde que están gobernando y siguen sin ofrecer señales claras”, remarcaron a EconoJournal desde una de las compañías

Uno de los principales problemas que enfrenta el gobierno en este punto es la virtual acefalía de la subsecretaría de Energía Eléctrica. Allí el ex secretario de Energía, Sergio Lanziani, había nombrado al misionero Osvaldo Arrúa, quien nunca terminó afianzarse en el cargo. Pasó casi toda la cuarentena en Misiones y cuando Lanziani fue desplazado prácticamente se dio por despedido y desapareció definitivamente, aunque hasta hace algunos días todavía no había renunciado.

EconoJournal se contactó con el ENRE para saber si tenían proyecciones propias sobre cómo podría evolucionar la demanda en el verano y si estaban trabajando con las compañías para minimizar los riesgos, pero no obtuvo respuesta del ente regulador.

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