(Página 12) La obra será financiada por la Provincia y ampliará los servicios eléctrico. La palabra de Mario Fossati, presidente de la cooperativa local.
“No es con motosierra ni con dinamita”, suele decir el gobernador de la provincia de Buenos Aires sobre las propuestas de Javier Milei y Patricia Bullrich. Con esa frase, Axel Kicillof, hace referencia al rol del Estado como un actor determinante para acceso de los ciudadanos a los servicios básicos que, de no haber rentabilidad en los cálculos, no son prestados por el sector privado. En Azul, con una inversión de 435 millones de pesos, la Provincia incrementará en un 50 por ciento la potencia instalada del distrito a través de un nuevo transformador. La obra formó es de una propuesta impulsada y ejecutada por la cooperativa eléctrica local y estará terminada en 2025.
Eso le gusta al ingeniero Mario Fossati, presidente de la Cooperativa Eléctrica Azul (CEAL), y quien tiene la misión de liderar este trabajo porque para él lo importante de una obra es “saber cuándo termina”. En diálogo con Buenos Aires/12, explica que sólo el armado del nuevo transformador demora once meses, a lo que se suman los tiempos de trabajos civiles y las adaptaciones del sistema electromecánico, aunque deja algo en claro: “Es la obra más importante del siglo para Azul”.
El financiamiento llega tras la aprobación del proyecto por parte de la Subsecretaría de Energía bonaerense, a cargo de Gastón Ghioni. “La nueva potencia disponible en la región promoverá el desarrollo local y la posibilidad de planificar nuevos emprendimientos productivos e industriales”, resalta el funcionario. La obra incluye el reemplazo del transformador eléctrico actual de 10 MVA (megavoltamperio) por uno de 40 en la Estación Transformadora local, en conjunto con la actualización del sistema de telecontrol que permitirá operar la estación a distancia y el predio de las inmediaciones del transformador, en República de Italia y Cháves.
La cooperativa cuenta con tres transformadores, uno de 30 MVA, uno de 15 y uno de 10. Este último será cambiado, por lo que la capacidad pasará de 55 a 85 MVA, más de un 50 por ciento de incremento. Según los datos comparativos de la Subsecretaría de Energía, 30 MVA equivalen, en promedio, al consumo de 30 mil usuarios. El propio Fosatti cuenta que, en la actualidad, CEAL cuenta con 33 mil usuarios, por lo que la obra brindará a la cooperativa la capacidad de duplicar la cantidad de hogares azuleños con servicio eléctrico.
El titular de la distribuidora local hace hincapié en el desarrollo industrial y productivo para el municipio. Tras asumir al frente de la CEAL en 2020, un frigorífico local y una fábrica de cerámicas se contactaron con la cooperativa para demandar una mayor provisión de energía que les permitiera ampliar sus plantas. “Nos piden duplicar la capacidad instalada, así que estamos a la espera de que se termine la obra”, asegura.
“La enorme responsabilidad que tenemos los dirigentes es saber responder a los problemas del futuro, los que todavía no pasaron, entre ellos prever la demanda de energía”, detalla Fosatti. El ingeniero advierte también que en Azul hay que pensar en las industrias que quieren instalarse en el parque industrial, en las firmas que se encargan del acopio de cereales, del riego artificial y toda la agroindustria «que cada vez demanda más potencia». Y agrega que “la demanda no solo crece por crecimiento vegetativo, sino que ese crecimiento duplica demanda de energía, porque cuando crecemos un 2 por ciento en cantidad de habitantes, la demanda de energía lo hace un 4 por ciento”.
Un detalle no menor que remarca Ghioni es que la financiación de esta obra se logró a partir de un “componente específico que está incluido en la factura con la tarifa eléctrica que pagan los usuarios y usuarias bonaerenses” y que se destina exclusivamente a la realización de obras de transporte eléctrico. Es un agregado tarifario presente en los usuarios bajo jurisdicción de la provincia, es decir, quienes están por fuera de Edesur y Edenor.
El rol de las cooperativas
Si hay un mensaje que Fosatti quiere dejar en claro es el rol de las cooperativas en la distribución eléctrica. “Yo viví los años ’90 y sé lo que son las privatizaciones, empresas grandes que no les importan las personas, que si hay que dar servicio a un pueblo con 70 o 90 medidores ni van y que, cuando no les rinde algo económicamente, bajan las inversiones”, describe.
Asegura que desde CEAL se atiende a las cinco localidades del distrito, donde también hay 400 usuarios rurales. «Llegamos a los lugares donde las privadas no llegarían nunca», insiste en destacar. Según los datos de la Subsecretaría de Energía, existen 200 cooperativas eléctricas en la provincia y brindan servicio a más de 1.220.000 usuarios. «Una privada no hace 90 kilómetros de línea para dar electricidad a 70 casas», continúa con énfasis Fosatti.
El propio Ghioni destaca que las cooperativas son las que garantizaron en un inicio la prestación del servicio eléctrico antes de que existieran las grandes distribuidoras provinciales, como Edelap, Eden o Edes. “Hoy por hoy asumen, además, un rol social significativo para toda la comunidad porque son ellas las que garantizan otros servicios esenciales como agua, gas o telecomunicaciones”, asegura.
Fosatti, por su parte, detalla que CEAL brindó energía, agua y cloacas también a barrios vulnerables. «Había muchas críticas, pero hoy voy al mapeo de cómo pagan los usuarios y es mejor el índice en los barrios más pobres», resalta. Explica además que fue un trabajo de conversación e integración llevado a cabo con tiempo y que permitió regularizar muchas líneas donde, incluso la propia cooperativa, proveía la llave térmica y el disyuntor para la puesta en funcionamiento del medidor: «Bajamos enormemente el hurto de energía», señala.
Con 70 años de historia, valora este modelo de gestión provincial que supo comprender el valor de las cooperativas y entender que no son lo mismo que las grandes distribuidoras y que las tarifas no pueden ser las mismas por el volumen de usuarios. Además, la propia demanda cambia: “Hablaba con un productor de leche que no consigue contratar un empleado porque no es necesaria sólo la luz, hoy es importante internet”, relata, y agrega que el tendido de fibra óptica es un rubro en el que la cooperativa está creciendo también.
Sobre el futuro de Azul, pero también de Cacharí, Chillar, Ariel, Parish o 16 de Julio —un pueblo de cien habitantes donde CEAL también opera—, Fosatti sostiene que es el momento de apostar por nuevas industrias a nivel local, entre ellas la minería. “Ya hemos presentado en su momento el proyecto del polo minero porque formamos parte del mismo macizo que Olavarría y Tandil”, advierte, y agrega que a ello se suma el valor estratégico de la ubicación de Azul, en la intersección de las Rutas Nacionales N°3 y la 226. “Está la piedra, la ruta, los inversores, y faltaba la energía, que ahora va a estar”, celebra.
Por último, señala el rol fundamental del candidato de Unión por la Patria, Nelson Sombra, quien se terminó «poniendo el proyecto al hombro» para que avance su aprobación. De la misma manera que la aplicación del programa «Arriba Parques», mediante el cual, el gobierno de la provincia invertirá 60 millones de pesos para construir el «anillado de media tensión» para todo el parque industrial.
«La estrategia de las ciudades para crecer es ser facilitadoras de las gestiones para atraer inversiones», concluye Fosatti.