Personal, Claro, Nextel, la vietnamita Viettel, y Superfone (la firma de TV por cable Supercanal) están a la espera de la definición oficial.
Movistar está excluida porque la franja del espectro que se licita es la que Telefónica devolvió para lograr la autorización oficial para comprar Movicom en 2004 y fusionarla con Unifón.
Se trata de la primera asignación de espectro radioeléctrico en más de 15 años y que, según el Gobierno y los operadores, permitirá mejorar la calidad de las prestaciones de voz y de datos de las empresas participantes, ampliar la capacidad de las redes de los operadores actuales, además del ingreso de nuevos jugadores.
La asignación se realizará por medio de una subasta pública. El 31 de mayo pasado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner había anticipado en un discurso la apertura de los sobres para el 7 de junio. Pero pasó esa fecha sin novedades.
Esta semana el boletín A Diario del grupo Convergencia informó que la Secretaría de Comunicaciones emitió una circular estableciendo la nueva fecha de la licitación que le permitirá al Gobierno recaudar u$s228 millones y que impulsaría inversiones en el sector por u$s2.500 millones, y la creación de casi 10.000 puestos de trabajo.
La subasta iba a realizarse en octubre de 2011, luego se pasó para diciembre y después para el 28 de marzo. En abril, mayo y junio sumaron una nueva postergación.
La indefinición oficial afecta la calidad de los servicios de los actuales operadores, que reclaman por estas frecuencias y otras más para mejorar y expandir sus servicios de tercera generación (3G).