Clic para ampliarComputadoras y consolas de videojuegos, teléfonos celulares que necesitan permanente recarga de batería al igual que notebooks, tablets y netbooks, todo suma a la hora de medir el gasto de luz. La incorporación de tecnología en los hogares, sumada a determinadas costumbres como calefaccionar la casa con estufas eléctricas, hicieron que el consumo de electricidad aumente considerablemente en los últimos diez años.
Analizando la evolución del consumo eléctrico total (viviendas, comercios e industrias) en la región, “se aprecia que creció un 43% desde el año 2003”, señala un informe de la distribuidora Edelap, y en lo que respecta al consumo eléctrico de los hogares en el mismo periodo (2003-2013), “se desprende que cada familia ha incrementado su consumo un 28% en promedio”, se indicó.
A la hora de analizar las causas de este fenómeno, tanto la empresa como así también expertos en la materia y el organismo de control Oceba, lo atribuyen, entre otros aspectos, a la fuerte inserción en los hogares de equipamiento tecnológico.
“Sin dudas que es una de las causas más significativas que aporta al crecimiento de consumo”, sostuvo el experto electrotécnico Pedro Ruellán, aunque también apuntó al mal uso de algunos artefactos y a determinadas costumbres que se fueron acentuando en los últimos tiempos, como calefaccionar la casa con estufas eléctricas o los splits frío-calor, “sin tener en cuenta que la electricidad no es infinita, que se puede terminar y que cuanto menos haya más va a costar. Por eso es muy importante cuidarla”, sostuvo el especialista.
Voceros de Edelap hicieron hincapié en la importancia del uso racional y remarcaron que “la electricidad que usamos diariamente se genera utilizando recursos naturales, en gran parte no renovables, por eso es fundamental un uso eficiente de la luz en los hogares”.
Y recomendaron: “regular la temperatura de los equipos frío-calor en 24 grados en verano y 22 en invierno; colocar burletes en puertas y ventanas; utilizar lámparas de bajo consumo; no guardar alimentos calientes en la heladera; utilizar el lavarropas cuando alcance la cantidad de prendas mínima recomendada por el fabricante, y apagar los equipos eléctricos que no están en uso (esto sucede mucho con computadoras y televisores).
Ruellán va más allá: “con mínimos recaudos se puede ahorrar mucha luz; un ejemplo sencillo es apagar los televisores desde el mismo aparato y no con el control remoto porque allí lo único que deja de funcionar es el tubo y el aparato sigue gastando energía”.
El titular del organismo que controla a la compañías eléctricas en la Provincia (Oceba), Jorge Arce, sostuvo por su parte que “no es solamente la tecnología lo que influye en el aumento del consumo en los hogares. La gente no solo calefacciona con aparatos eléctricos sus casas sino que además cocina y hasta se baña con agua de calefones eléctricos. Y esto ocurre porque el precio de la electricidad resulta barato en comparación de otras opciones, no tanto en ciudades el interior sino en zonas como puede ser La Plata. Pues el precio depende de muchas variables”.
El funcionario agregó que “la electricidad hay que cuidarla mucho y regular cuidadosamente su uso desde el punto de vista técnico, que sea algo bien seguro para la gente con condiciones de utilización responsables. A futuro no muy lejano será fundamental. Ya se hacen pruebas a nivel local de autos que funcionan con energía eléctrica y se empieza a hablar si van a ser abastecidos en hogares o en estaciones especialmente preparadas para cargar. Entonces el impacto va a ser muy grande, al igual que lo sucedido con la incorporación de más tecnología en las casas”, concluyó.