La formulación de un proyecto realizable en cooperación que logre dar respuesta a una necesidad de la comunidad, escuela o barrio es la consigna principal que viene impulsando los últimos años del tradicional Concurso Escolar Cooperativo que lleva adelante FEDECOBA. Este año, en su 22° edición, se presentaron más de un centenar de trabajos de los cuales 35 fueron seleccionados como finalistas y pudieron acceder a las Jornadas de Cierre y Premiación que tuvieron lugar del 20 al 22 de noviembre en Mar del Plata.
En este sentido, los grupos de chicos y jóvenes (de 9 a 18 años), divididos por categorías, trabajaron una serie de variados proyectos que abarcaron temáticas como: preservación del medio ambiente, conciencia ciudadana, cuidado de la salud, fomento de huertas solidarias, ayuda mutua a sectores más vulnerables, puesta en valor de espacios comunitarios, utilización de nuevas tecnologías de la comunicación, creación de cooperativas escolares, etc.
“La idea es que los más chicos puedan incorporar los valores y principios de la cooperación para dar respuesta a una problemática concreta y comiencen a experimentar la satisfacción de trabajar en conjunto por el bien común; y, por otro lado, que los más grandes perciban que el cooperativismo es también un modelo económico con base solidaria fundado en valores éticos y que puede resultar una alternativa valedera, para nosotros la mejor, a la hora de insertarse laboralmente en la sociedad. Es más, aspiramos a que toda esta movida que hacemos anualmente contribuya a sembrar la semilla de los futuros dirigentes de nuestras cooperativas de base”, sostiene Guillermo Ostornol, secretario de FEDECOBA y uno de los responsables de la organización.
La particularidad es que muchos de estos proyectos se han concretado o están en vías de desarrollo, como por ejemplo el programa de computación diseñado por alumnos de la Escuela René Favaloro de Tres Algarrobos con el objetivo de generar una “rampa” digital que permite a un compañero con discapacidad visual utilizar la netbook provista por el programa Conectar Igualdad. “El software es totalmente gratuito y lo puede utilizar cualquier otra persona”, explican.
Otros estudiantes han pensado a la cooperación como un modo concreto de organización social y económica. Es el caso de los alumnos del colegio secundario de Emilio V. Bunge que proponen la creación de una cooperativa de trabajo para producir alimentos; o los jóvenes de la EEST N°1 de la villa turística de Pehuen-có, que se plantean “aprovechar los atractivos que posee el lugar y diseñar con los socios-emprendedores un circuito turístico” y, de este modo, lograr “una oferta cooperativa a fin de realizar negocios grupales que beneficien a la comunidad generando ingresos económicos”.
En todos los casos, se advierte claramente el compromiso comunitario y la utilización del método asociativo como facilitador en la resolución de problemáticas concretas que pueden incluir a toda la comunidad, como por ejemplo la creación de la Casa de la Cultura en Santa Regina por iniciativa del Grupo de Jóvenes Cooperativistas; o circunscriptas al ámbito escolar específico, como las actividades desarrolladas por el taller de reparación y pintura del mobiliario escolar de los alumnos de la Escuela Especial N°501 de Tornquist.
“Estas propuestas surgen de colectivos lo que implica una organización grupal a lo largo de todo el proyecto, que sin duda van actuando de agente multiplicador hacia afuera, y de incentivo para los integrantes. Además, hay que reconocer que todos estos trabajos que llevaron adelante desde su escuela o que fueron surgiendo en distintos espacios, no quedan ahí, sino que llevan necesariamente a instancias superadoras como lo es el fortalecimiento comunitario, y esto último generalmente no lo terminamos de dimensionar”, afirma Rosario Zubiaur, trabajadora social que acompañó a una de las delegaciones.
Finalmente, vale destacar que los grupos seleccionados como finalistas conformaron un contingente de más de 200 personas, quienes participaron de las Jornadas de Cierre y Premiación en Mar del Plata que incluyeron tanto actividades recreativas como talleres de integración e intercambio de experiencias. Las pueblos y ciudades representados fueron: Azul, Cañada Seca, Carhué, Castelli, Coronel Charlone, Coronel Pringles, Dionisia (Nicanor Otamendi), Emilio V. Bunge, General Viamonte, Las Flores, Nueve de Julio, Piedritas, Pirovano, Puan, Punta Alta, Pueblo San José, Rivadavia, Rivera, Rojas, San Cayetano, Santa Regina, Santa Teresita, Tapalqué, Tornquist, Trenque Lauquen y Tres Algarrobos.
Más información en: Nota de Prensa 118_2013
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