ELÉCTRICAS SUMAN DEUDAS A CUENTA DE SUBA EN TARIFAS

30 enero 2015

(Ámbito) – Deben la eneríga distribuida a Cammesa, y adelantos para hacer obras y cubrir los últimos aumentos salariales.  
 
 

La pérdida de Edesur por $ 1.358 millones al 31 de diciembre pudo haber sido todavía más alta, ya que al 30 de septiembre el resultado negativo había sido de $ 2.019 millones. Los números del balance se vieron atenuados porque el Gobierno reconoció a la distribuidora eléctrica un ajuste por mayores costos durante el último trimestre. El 9 de octubre lo hizo para el período abril- agosto, y el 18 de diciembre para el lapso septiembre-diciembre.

El reconocimiento de mayores costos está previsto en el acta de renegociación contractual de 2005, pero desde 2008 este ítem no se traslada a las facturas, por lo cual corre a cuenta del Tesoro nacional a través de desembolsos realizados por Cammesa, la empresa controlada por el Estado nacional que opera el despacho eléctrico y los pagos y las cobranzas a los actores de la actividad.

Lo que pasa con los mayores costos es sólo uno de los aspectos de la compleja situación que muestra el balance de Edesur y también de Edenor, aunque en este último caso todavía no se presentó el correspondiente al último ejercicio anual.

A través de Cammesa, el Estado también se hace cargo de parte de los salarios de los trabajadores de las dos distribuidoras desde 2014. A través de lo que se llama «contrato de mutuo y cesión de créditos en garantía», Cammesa le financió a Edesur mayores costos laborales por $ 330 millones en 2014. Por el mismo mecanismo, ese organismo también desembolsó $ 1.224 millones para el financiamiento de obras en el área de concesión.

Ambos rubros forman parte del pasivo, como también ocurre con el excedente del PUREE con que se quedan las empresas desde 2007. El PUREE es el programa de uso racional de la energía que contempla bonificaciones para los que ahorren energía, pero sólo en el caso de los residenciales con consumo hasta 650 kilovatios bimestrales, y penalizaciones para los gasten más energía que en el período base fijado en 2004-2005, a todos los usuarios. Como son más los que consumen en exceso que los que ahorran, queda un excedente que las distribuidoras pueden usar a cuenta de la revisión tarifaria integral que no tiene fecha, por lo que mientras tanto estos fondos también engrosan el pasivo.

A todo esto, hay que añadirle que Edenor y Edesur no pagan a Cammesa la energía que distribuyen y que también esta deuda se encuentra en los balances. Desde 2013, con sucesivas resoluciones, parte de las deudas de las distribuidoras se compensan con el reconocimiento de mayores costos con respecto al acta de renegociación de 2005, mientras un resto les queda para capital de trabajo.

Pero, en todo caso, siempre se trata de números transitorios a cuenta de la revisión tarifaria integral que ya difícilmente pueda ser encarada por este Gobierno.

En un principio, los movimientos a cuenta fueron concebidos como una salida pasajera, al punto que también las multas por la prestación del servicio que el ENRE debe dictaminar para cada semestre tienen el mismo tratamiento. El criterio era y es que cuando se revisen las tarifas se compensarán créditos y deudas de las empresas, y si el saldo es a favor de las compañías, se trasladará a las facturas para que lo absorban los usuarios.

El problema es que desenrollar esa madeja puede ser demasiado difícil cuando más pasa el tiempo para que los usuarios se hagan cargo. Y aunque todo el pasado se dejara atrás, se puede intuir el salto que deberían dar las tarifas si se pretende que de una sola vez cubran los costos de generar energía y distribuirla.

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