«ES CLAVE RESPALDAR A LAS ORGANIZACIONES NACIONALES Y PROMOVER SU INTEGRACIÓN»

10 noviembre 2015

(Desde Acá) – El presidente de Cooperar y uno de los cuatro candidatos a la presidencia de la Alianza Cooperativa Internacional, Ariel Guarco, respondió algunas preguntas realizadas por el Consejo Directivo de Cooperatives UK (Reino Unido) acerca de sus propuestas para próxima etapa de la Alianza.

 

En los últimos añosla Alianza realmente ha elevado la calidad de su trabajo en términos de empezar a hacer que las cooperativas sean más ampliamente reconocidas como un modelo de negocios, por ejemplo con la marca cooperativa ¿Cómo ve que evolucionará este trabajo?

– Sin lugar a dudas la Alianza realmente ha elevado, en los últimos años, la calidad de su trabajo en términos de empezar a hacer que las cooperativas sean más ampliamente reconocidas como un modelo de negocios. El lanzamiento de la marca cooperativa ha sido definitivamente de un gran impacto a nivel mundial.

Creo sin embargo, que la gran tarea de mostrar las ventajas del modelo cooperativo es una responsabilidad directa de las organizaciones que integran al cooperativismo en cada país, de las organizaciones sectoriales y de las regiones.

Ello debe ser apoyado desde la Alianza, c

omo un espacio de intercambio de experiencias y de investigación sobre los modelos más adecuados en cada territorio, sector y modalidad. Para ello será necesario reforzar el trabajo de articulación con las universidades, respaldando en el interior de las mismas a los equipos de docencia, investigación y extensión universitaria de mayor compromiso con el cooperativismo y la economía social.

Por otro lado, a los efectos de avanzar en la visualización global del cooperativismo como un modelo económico alternativo, es importante que la Alianza fije posiciones claras de cuestionamiento a las prácticas y políticas que favorecen la concentración económica, el consumismo irresponsable y la subordinación del bienestar de los pueblos a la especulación financiera, que finalmente condicionan la sustentabilidad del medioambiente.

¿Cómo puede la Alianza fortalecer el sector y motivar los gobiernos y a quienes toman las decisiones clave en países miembro más efectivamente para entender que las economías pueden prosperar y crecer económi

camente a través de un modelo cooperativo?

-La política de incidencia sobre los gobiernos es responsabilidad de los cooperativistas de cada país, que deben sentir el acompañamiento cercano y comprometido de la organización global, regional y sectorial de la Alianza. Para ello resulta clave el respaldo e integración de las organizaciones nacionales de cúpula. Este es el sentido de nuestra propuesta de reuniones regionales que afiancen la comunicación y coordinación con las organizaciones nacionales, estén integradas o no.

En este sentido, en primer lugar es el sector

el que debe entender que la única posibilidad de expresar todo el potencial que tiene es trabajando en forma coordinada con los diferentes actores de la sociedad civil organizada. Entre ellos y en forma prioritaria con el Estado. Establecer Alianzas Estratégicas con el Estado, sin que ello signifique resignar en lo más mínimo la autonomía e independencia que nos marca nuestro primer principio cooperativo, es una condición indispensable para el fortalecimiento del sector.

Una vez comprendido e internalizado realmente este punto en el seno de cada cooperativista y de cada cooperativa, deberá ser el sector capaz de decirle a los gobiernos a cargo de los diferentes Estados alrededor del mundo, que el cooperativismo es un aliado natural del Estado en tanto defiende los mismos intereses y persigue los mismos objetivos, esto es generar mejores condiciones de desarrollo para las sociedades y para los ciudadanos, desarrollar las economías nacionales de forma eficiente

y perdurable, generar condiciones de trabajo dignas, etc.

Una vez establecido el vínculo debe mostrárseles todo el potencial que el cooperativismo tiene y la forma en que puede contribuir con el Estado: desarrollar los servicios públicos (energía, agua potable, gas, telefonía, internet, etc.) a través de las cooperativas de servicios públicos que existen en muchos países y pueden replicarse rápidamente en el resto, desarrollar las economías regionales a través de las grandes cooperativas agrícolas o de las pequeñas de la agricultura familiar, propender al desarrollo local a través de cooperativas de ahorro y crédito que captan el ahorro local y lo distribuyen también a nivel local a través de préstamos para proyectos productivos locales, ofrecer a través de las cooperativas de salud una alternativa diferente a la prestación pública o privada de servicios de salud, etc., los ejemplos son muchos, tantos como cada una de las actividades que las cooperativas llevamos adelante todos los días en cada uno de los lugares donde estamos presentes.

Por otro lado, es responsabilidad de la Alianza que las tareas de incidencia realizadas en cada país se correspondan con acciones sobre los organismos multilaterales. En dicho sentido, nos parece clave que cada una de las regiones y de los sectores asuma responsabilidades conc

retas en la gestión de proyectos de desarrollo sustentable, dentro de los 17 objetivos de las UN, en acuerdo con estos organismos multilaterales.

– ¿Cómo puede la Alianza apoyar y comprometer la masa de pequeñas y medianas cooperativas en el movimiento, junto a las grandes cooperativas, que les puede resultar más fácil comprometerse, como por ejemplo a través de eventos?

-Demostrar a las cooperativas de todo el mundo, no importa si se trata de grandes cooperativas o de pequeñas y medianas cooperativas, que existe una gran diferencia en formar parte de una organización de integración a nivel internacional como es la Alianza, es parte de la tarea que falta por realizar.

Existe en general, un abismo demasiad

o grande en el imaginario de un cooperativista de base, entre la figura de la Alianza, lo que ella representa y las tareas que realiza, en relación a la actividad que él desarrolla diariamente. Debemos mostrar una Alianza más cercana a la gente, más accesible para todas las cooperativas y cooperativistas de todo el mundo, más sensible a sus necesidades.

Gran parte de esta tarea deben llevarla adelante las regiones y los sectores, que son quienes están en contacto directo con las cooperativas de base de cada región, de cada sector y de cada país. Entender profundamente sus necesidades, conocer sus inquietudes, pensar juntos soluciones individuales y de conjunto hará que se sientan parte integrante de la Alianza y quieran definitivamente formar parte de ella.

Debe plantearse un compromiso de participación que vaya mucho más allá de la asistencia a eventos, debe pensarse en una interacción que comience en el territorio donde cada cooperativa desarrolla su actividad y continúe con una integración hacia estructuras coop

erativa de grado superior, para concluir finalmente en la organización de representación del cooperativismo mundial que es la Alianza Cooperativa Internacional.

¿Cómo maneja la Alianza la tensión entre aquellos que quieren desafiar la ortodoxia económica y aquellos que quieren jugar su parte en ella?

-El director de Naciones Unidas Ban-Ki-Moon dijo al declarar al 2012 como Año Internacional de las Cooperativas: “las cooperativas son un recordatorio para la comunidad internacional de que es posible aspirar al mismo tiempo a la viabilidad económica y la responsabilidad social”, marcando en parte el camino que debe transitarse.

Ser viable económicamente significa competir en el mercado y hacerlo igual o mejor que las empresas no cooperativas, conocer las reglas del mercado, de la economía ortodoxa y utilizar sus mecanismos y herramientas, sin dejar de ser fieles a los principios y valores que defendemos y que son la matriz filosófica de nuestro movimiento.

Competir en el mercado, hacer negocio

s, producir cada vez más eficientemente, buscar rentabilidad, etc., no es en sí mismo algo malo y de lo que tengamos que renegar. El punto está en la forma en que hacemos los negocios, en la forma en que producimos cada día más y en lo que hacemos con la rentabilidad que obtenemos. Producir de una forma limpia y sustentable, cuidando al planeta, hacer negocios sin perjudicar a los otros actores del mercado, ser cada día más eficientes pero generando fuentes de trabajo digno y perdurable, distribuir los excedentes en forma social, es lo que como cooperativistas debemos hacer.

Poner en el centro de la escena al ser humano y su desarrollo y no al capital, como señala el Papa Francisco. La rentabilidad debe ser entendida bajo nuestra mirada, como la posibilidad de mejoramiento constante de las condiciones de vida nuestros asociados y de los ciudadanos de cada una de las comunidades donde desarrollamos nuestras empresas.

Como dirigentes cooperativos debemos ser capaces de entender esto, de poder gestionar empresas que deben cumplir este doble rol económico y social. Debemos poder convivir con el concepto de eficiencia de mercado y responsabilidad social.

Existen alrededor del mundo innumerable cantidad de ejemplos de empresas cooperativas y nó cooperativas que llevan adelante unidades de negocio en forma conjunta. Y son eficientes. Y se respetan entre sí. Y cada una maximiza sus beneficios de acuerdo a los objetivos que persigue. Es cierto que en el fondo los dos modelos colisionan, porque defienden intereses diferentes, porque persiguen objetivos diferentes. Pero hay mucho camino que puede y debe ser recorrido antes de llegar al punto de colisión. Disminuir la tensión entre ambos modelos económicos, plantear un escenario de trabajo conjunto entre quienes conviven en uno y otro modelo, evitar las posiciones radicales, es parte de la tarea que todo dirigente cooperativo debe re

alizar todos los días.

¿Hay un rol para la Alianza en la estimulación del apoyo y comercio de los pares a través de las fronteras, por ejemplo a través de una base de datos de búsqueda de cooperativas usando la marca o el dominio.coop?

-Efectivamente hay un rol para la Alianza en la estimulación del apoyo y comercio de los pares a través de las fronteras. La construcción de iniciativas empresarias comunes entre cooperativistas de distintos países debe ser una de las metas principales de la Alianza.

Para ello resulta esencial, una vez más, el papel de las regiones y los sectores. Las regiones deben promover los vínculos intercooperativos dentro de los distintos espacios de integración regional supranacionales, mientras que los sectores deben promover los vínculos entre sus pares de todas las naciones.

No creemos que haya una respuesta global a este desafío. Los vínculos intercooperativos deben partir de cada territorio, de cada comunidad, respetando su identidad y los marcos políticos nacionales y regionales en que están enmarcados. Mi visión va más allá de una ma

rca global que definitivamente debe ser el punto de partida de este desafío. Debemos sin embargo, centrar los esfuerzos en la creación de una red global que potencie las múltiples identidades territoriales y sectoriales de todos aquellos que construimos economía al servicio de la gente.

Para esto, como proponemos en nuestra plataforma, es necesario trabajar en un mapeo estadístico sectorial y subsectorial para avanzar en un objetivo central para lograr sostenibilidad: el impulso desde las organizaciones sectoriales a la cooperación empresarial entre cooperativas a nivel global e inter-sectorial, incluyendo en particular el impulso a las cooperativas de producción y su articulación con las cooperativas de consumo, reduciendo las distancias entre productor y consumidor, los costos y la huella ecológica.

Imaginamos este trabajo en cuatro ejes complementarios:

a) La promoción de cooperativas transfronterizas. Esto es, cooperativas con asociados de distintos países, con desarrollo territorial en zona de frontera. Para el

lo hay que trabajar sobre los aspectos legales –nuestra propuesta de Estatuto Cooperativo Mercosur es uno de los tantos ejemplos en este sentido– y en la promoción concreta de cooperativas transfronterizas, tanto asociadas a espacios económicos regionales, como en fronteras “calientes” (esto último en el marco de iniciativas de promoción de la paz y del desarrollo sustentable de Naciones Unidas, por ejemplo).
b) Las alianzas estrategias productor-productor. Construyendo redes que faciliten el desarrollo económico de productores y trabajadores en cada uno de sus espacios nacionales, regionales o globales. Esta es una responsabilidad de cada organización sectorial, que proponemos se focalice en asistir aquellas iniciativas que surjan de cada territorio. Debe ser el principal destino de los fondos incrementales que logremos reunir para las organizaciones sectoriales. Estas deben trabajar alianzas estratégicas con los Estados Nacionales y los Organismos Internacionales para la construcción de redes que colaboren con el desarrollo concreto de los productores y trabajadores de cada territorio. Incluyendo desde redes vinculadas a las nuevas tecnologías (redes de programadores de software libre, de medios de comunicación cooperativos) hasta los esfuerzos comunes para la comercialización de productos agropecuarios con prácticas de responsabilidad social y medioambiental.
c) Las alianzas estratégicas consumidor-productor. E

sta es una responsabilidad que requiere el diálogo entre las organizaciones sectoriales. En el marco de la crisis internacional, resulta natural que las cooperativas de consumo orienten su poder de compra dentro de los espacios nacionales, como herramienta de desarrollo local. Sin embargo, no debemos abandonar el objetivo de promover el consumo responsable como un objetivo global, y que incluye el consumo de productos cooperativos, esto es, de productos que surgen del trabajo decente y de la distribución del ingreso con equidad.
d) El financiamiento para el desarrollo. Proponemos en nuestra plataforma un Comité Cooperativo para un Sistema Financiero Internacional al servicio del desarrollo en el marco de la Alianza Cooperativa Internacional, con los siguientes objetivos:
• Promover la oferta de préstamos de parte de bancos cooperativos dirigida a proyectos de cooperativas y de pequeñas y medianas empresas, en particular para aquellas localizadas en países con dificultades en el acceso al financiamiento internacional.
• Proponer la construcción de mecanismos propios del cooperativismo para el análisis de riesgo, que tengan en cuenta la sustentabilidad económica y social de los distintos esp

acios nacionales y regionales.
• Proponer iniciativas para modificar las normas e instituciones del sistema internacional, desde la perspectiva de los principios y valores cooperativos.

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