GARANTIZAR LA DISPONIBILIDAD DE AGUA, SU GESTIÓN SOSTENIBLE Y EL SANEAMIENTO PARA TODOS

31 mayo 2018

Nota de Prensa 026_2018 – La temática será desarrollada en uno de los paneles dedicado a los servicios de las cooperativas, en el 3° Congreso de FEDECOBA 2018.

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Objetivo de Desarrollo Sostenible n°6

(Artículo publicado en la edición 99 de Identidad Cooperativa) – Como ya fuera expuesto en las ediciones n°94 (mayo/junio 2017) y n°98 (enero/febrero 2018), en sintonía con el movimiento cooperativo mundial, FEDECOBA ha adherido a la convocatoria de Naciones Unidas para trabajar en las propuestas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promoviendo la prosperidad de los habitantes sin descuidar la protección del planeta. En consecuencia, esta temática será desarrollada en el 3° Congreso federativo que tendrá lugar en Mar del Plata los días 16 y 17 de agosto venideros.

Algunos de estos ODS tienen íntima relación con los servicios prestados por las cooperativas de servicios públicos, como por ejemplo los servicios de energía (ver número anterior) y agua potable y saneamiento. Específicamente, el ODS n°6 refiere a “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, incluyendo distintos ejes de trabajo para lograr ese cometido en el marco de la agenda 2030 de la ONU.

Efectivamente, en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 se reconoce que la gestión sostenible del agua no solo incluye lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a precios asequibles y a servicios de saneamiento adecuados (metas 6.1 y 6.2) sino también implica abordar la materia en un contexto más amplio, incorporando temas como la calidad del agua y la gestión de las aguas residuales, la escasez y el uso eficiente del agua, la gestión de los recursos hídricos, y la protección y el restablecimiento de los ecosistemas relacionados.

“El acceso a agua apta para el consumo y el acceso al saneamiento, así como la gestión racional de los ecosistemas de agua dulce son esenciales para la salud humana, la sostenibilidad del medio ambiente y la prosperidad económica”, indica la ONU. Por ello, con el fin de garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para todos en 2030, es necesario realizar inversiones adecuadas en infraestructura, proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene en todos los niveles

Participación de las comunidades locales

Para Naciones Unidas es muy importante que en estas iniciativas participen diversos actores interesados, “entre los que se cuentan las comunidades locales”. Como dato: una encuesta realizada en 2016-2017 determinó que más del 80% de los 74 países que respondieron tenían procedimientos definidos con claridad para lograr la participación de los usuarios de los servicios y las comunidades en la gestión del agua y el saneamiento.

En este sentido, resulta sumamente valioso el aporte realizado por las cooperativas de proveedoras de los servicios de agua potable y saneamiento. Estas entidades, acompañadas oportunamente por políticas públicas que promovieron su desarrollo, vienen dando –aún en contextos económicos desfavorables- eficaces respuestas en la prestación de tan vital elemento para las poblaciones. Esto ha sido, ni más ni menos, que la participación y el empoderamiento de la comunidad respecto al acceso al agua y al saneamiento, a partir de la autogestión del servicio.

Para Ariel Guarco, presidente de la ACI, esta rica experiencia y larga tradición de cooperativas y otras organizaciones comunitarias de servicios de agua y saneamiento, de manera especial en comunidades rurales, “debe ser potenciada y ampliada en beneficio de la equidad, la integración territorial y la protección el ambiente”. Así lo manifiesta en un artículo replicado por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas) en su boletín n°47 de octubre de 2017, en donde expone tres fases de desarrollo de las cooperativas.

En la primera de estas fases están aquellas entidades que logran la provisión del servicio a partir de la organización de la comunidad con criterios de ayuda mutua. Es decir, ante la falta de un servicio adecuado la comunidad se hace cargo, por ejemplo, de la perforación del pozo, de construir la red de distribución de agua potable, de construir luego las cloacas y la planta de depuración, para luego administrar todas estas instalaciones, financiándose con una tasa que cobra a sus asociados/usuarios y habitualmente con asistencia financiera del Estado en tanto responsable del derecho al acceso al agua.

En una segunda fase, a partir del aprendizaje comunitario, las cooperativas comienzan a tomar un rol activo en aquellos asuntos relacionados con la sostenibilidad del servicio y del ambiente. Pasan a formar parte de su interés y acción, temas como la reducción de las pérdidas, el uso responsable del agua domiciliaria, la contaminación de las napas o de los cauces por la actividad productiva. En este punto, las cooperativas no solamente cumplen el   rol de empresa proveedora del servicio a partir de la ayuda mutua, sino que también se constituyen en un canal de participación en el que la comunidad discute y promueve el tipo de desarrollo que pretende en su territorio.

En una tercera fase, están las cooperativas que se asumen como parte de una cuenca hídrica y participan de su gestión integral en representación de sus asociados, procurando que se contemplen los intereses de corto y largo plazo de su comunidad. Por supuesto, muchas entidades no pasan de la primera fase, y pocas logran alcanzar la tercera, porque sencillamente no existe un sistema integrado de gestión de la cuenca, y/o por que no cuentan con la escala económica suficiente como para actuar en dicho ámbito. Este, tal vez, sea el principal desafío global de la gestión sostenible y cooperativa del agua a alcanzar en la Agenda 2030 de los ODS.

Por otra parte, FEDECOBA viene participando activamente en diversos ámbitos, como por ejemplo en las Jornadas de Política Hídrica organizadas desde el Consejo Hídrico Federal (COHIFE), espacio desde donde se intenta promover la participación de actores vinculados a los recursos hídricos, buscando abarcar a todos los responsables en las distintas jurisdicciones y ámbitos: políticos, funcionarios, técnicos, organizaciones de usuarios, organizaciones de cuenca, centros de estudio, organizaciones no gubernamentales y, en general, todas aquellas instituciones y personas preocupadas por la gestión del agua.

Otra instancia importante ha sido la intervención en la presentación del Programa TrackFin para la Argentina, impulsado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tiene como fin el análisis de los flujos financieros del sector agua y saneamiento que permitan prever las inversiones del rubro, iniciativa que también se enmarcó dentro del ODS n°6.

Para ello se requieren de avances significativos no sólo en la ampliación de la cobertura, sino también en la gestión segura de los servicios que incluyen, además de los hogares, a los establecimientos de salud y las escuelas, en un esfuerzo por universalizar los servicios e incluirlos para que los Gobiernos inviertan lo necesario para cerrar brechas en agua y saneamiento.

En definitiva, para el ODS n°6 resulta vital del aporte de los vecinos organizados en cooperativas, actores cada vez más importantes en el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento cloacal compensando las carencias en la materia, tanto del sector público como de los prestadores privado con fines de lucro. Por eso, nadie más autorizado que la cooperativa local para ejercer una gestión responsable y sostenible de los recursos hídricos de su propio suelo.

METAS DEL ODS 6 A 2030

6.1  Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos

6.2  Lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos.

6.3  Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial.

6.4  Aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez.

6.5  Implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles.

6.6  Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.

6.a  Ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, como los de captación de agua, desalinización, uso eficiente de los recursos hídricos, tratamiento de aguas residuales, reciclado y tecnologías de reutilización.

6.b  Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.

Fuente: Naciones Unidas

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